Los sistemas actuales se han convertido en verdaderos ecosistemas bastante complejos que incorporan una serie de elementos o capas que se tienen que configurar para dar una solución final a un cliente o a un usuario.
Por desgracia, a medida que los sistemas informáticos se tornan más complejos, estos corren con mayores riesgos de colapsar. Aunque no es una regla, ningún sistema informático es infalible, como lo señala Mónica Rentería Gangotena, experta en seguridad informática y alta ejecutiva de la empresa de tecnología Cobiscorp.
Según la experta, los sistemas actuales se han convertido en verdaderos ecosistemas bastante complejos que incorporan una serie de elementos o capas que se tienen que configurar e implementar para dar una solución final a un cliente o a un usuario. Rentería destaca entre estos elementos al hardware, el software o toda la lógica del negocio, es decir, los programas y también otros componentes como las comunicaciones que también intervienen.
Estos son los tres grandes pilares que sostienen a un sistema informático. Sin embargo, al interior de ellos, hay decenas de elementos y equipos involucrados, como servidores, computadoras, dispositivos de racionamiento, switchs para comunicaciones y otros. Además, hay un conjunto de aplicaciones disponibles que también están en funcionamiento, en lo que se refiere al software de una organización.
De acuerdo con Rentería, en ocasiones se presentan fallas en algunos de estos elementos que pueden producir una reacción en cadena. Si falla una, puede colapsar la otra y las comunicaciones, por ejemplo, pueden interrumpirse. “Los sistemas de ningún tipo son infalibles, ni los de hardware, software o comunicaciones”. Como explica la especialista, siempre se trabaja con una probabilidad de falla o daño. Por esta razón se implementan una serie de contingentes de sistemas tanto operativos como automáticos para poder monitorear las plataformas tecnológicas para saber lo que ocurre con estas.
Francisco Espinoza, ingeniero en sistemas, considera que cuando las organizaciones realizan actualizaciones, los sistemas pueden dejar de funcionar. Por esta razón, dice, las empresas son las que toman las medidas de precaución para evitar este tipo de escenarios.
Explica que cuando se hace el paso a producción de una aplicación, sobre todo, cuando son utilizadas por millones de clientes, existen una serie de etapas de certificación de la aplicación que permiten determinar que esta continuará funcionando y no producirá errores. Estas fases de certificación dan un grado de certeza a quienes están gestionando estas aplicaciones para dar este paso a la producción.
Según Salazar, el objetivo de quienes administran los recursos tecnológicos de empresa, sin importar en el sector que se encuentre, es minimizar los riesgos sometiendo al sistema informático a pruebas de estrés, por ejemplo.
Estas fallas han ocurrido con las empresas más grandes como Facebook y Google, así que ninguna organización tiene garantizado el buen funcionamiento de los sistemas.