Así de sencillo. De nosotros depende que los parques y los centros de acondicionamiento sigan operando. Estos últimos reabrieron sus puertas el pasado 8 de octubre del 2020, luego de casi siete meses de espera.
Cerraron el 17 de marzo tras la llegada del covid-19 al país y eso, precisamente, es lo que pasará en caso de una segunda ola de contagios en Ecuador. ¡Estoy segura!
Para evitar que nuevamente nos aíslen, se pierdan más empleos y se deteriore nuestra salud resulta vital el cumplimiento de todas las medidas de bioseguridad.
Cada vez hay más personas que omiten la mascarilla en parques como La Carolina, Bicentenario y el Metropolitano. Lo mismo sucede en sitios concurridos como el Ilaló o el Quilotoa; donde se puede hacer un poco de trail running.
En escenarios mágicos como el Quilotoa –por ejemplo- se olvidan incluso del famoso distanciamiento social. ¡Respeta mis 2 metros por favor!
Las personas están tan preocupadas de autorretratarse con sus celulares que son capaces de juntar sus mejillas con algún desconocido con tal de cumplir con su propósito: la foto perfecta para colgarla en las redes sociales.
Olvidan que ahora convivimos con un enemigo invisible y que el mínimo descuido podría complicarnos la vida o quitárnosla. El domingo fui al Quilotoa y para evitar todo ese desorden prefería circunvalar el cráter.
Lo hice portando mi mascarilla por si me encontraba con algún otro aventurero en esos cansados, pero placenteros 11 kilómetros. La utilicé dos o tres veces mientras corría por un sendero angosto y, ¿adivinen? No me maree ni me dio picor.
Entiendo perfectamente que la mascarilla incomoda, pero seamos más responsables. Está demostrado que las personas comunes y corrientes, como la mayoría de nosotros, pueden ejercitarse con el barbijo bien puesto hasta por 90 minutos.
El uso de la mascarilla es obligatorio en parques y en centros de acondicionamiento. Reduce el riesgo de contagio por covid-19. Foto: Pexels.
Especialistas como el deportológo Celio Romero, por ejemplo, recomiendan las tipo quirúrgicas, aunque también sirven como escudo los ‘buff’ y bandanas.
Sobre la posibilidad asfixia, la Organización Mundial de la Salud afirmó que está demostrado que el uso prolongado de las mascarillas, colocadas correctamente, no provoca intoxicación por C02 ni hipoxia.
Si amanece con ganas de entrenarse en un centro de acondicionamiento es necesario que esté dispuesto a tomarse la temperatura antes de ingresar a las instalaciones y a desinfectar sus manos y calzado. Y claro, también es obligatorio el uso de la mascarilla.
Menciono esto porque con gran sorpresa observo a propietarios y a socios entrenarse sin el barbijo y omitir el distanciamiento.
Amigos propietarios les recuerdo que hay gente vigilando y que está dispuesta a levantar su voz para que las medidas que constan en el protocolo de bioseguridad –que ustedes elaboraron- se respeten al pie de la letra.
Cierto es que el ejercicio diario y el plan de alimentación equilibrado fortalece nuestro sistema inmunológico, pero también está comprobado que el virus-19 puede encapricharse con cualquiera de nosotros.
Espero que todos ustedes amigos y amigas se mantengan activos, pero cumpliendo con todas las medidas de bioseguridad.
Los leo en pgavilanes@elcomercio.com