En el pueblo donde viven Bittori y Miren llueve todo el tiempo. Hay días que llueve a baldazos y otros, la mayoría, que llueve con obstinación. La lluvia acompaña a los momentos familiares, a las horas de trabajo y a los ratos de ocio. Se cuela en la intimidad de las personas, en sus instantes de felicidad pero, sobre todo, en las tragedias provocadas por ETA.
La lluvia es el telón de fondo de ‘Patria’, la novela en la que el escritor español Fernando Aramburu narra la fractura social y las tragedias personales que se vivieron en España, de forma particular en la comunidad autónoma del País Vasco, durante los 60 años de existencia de ETA, una organización terrorista nacionalista vasca disuelta en el 2018, a la que se le atribuye el asesinato de más de 800 personas.
A la presencia de Miren y Bittori, las voces centrales de esta historia, se suma la de sus esposos e hijos. Joxian, Joxe Mari, Arantxa y Gorka, en el caso de la primera y Txato, Xabier y Nerea, en el de la segunda. Dos familias que compartían la misma historia local, pero cuyos vínculos afectivos se rompieron, una tarde gris y lluviosa, en la que ETA, justificándose en la lucha por la liberación de Euskal Herria, decidió asesinar a uno de ellos.
La novela de Aramburu (San Sebastián, 1959) inicia el día en que ETA anuncia el abandono de las armas. Aquella mañana, Bittori va al cementerio para contarle a Txato, asesinado por los terroristas, que ha decidido volver a la casa donde vivieron. Desde ese momento, el autor comienza a mover los hilos narrativos de la historia a través de una serie de juegos temporales.
En ‘Patria’, Aramburu apuesta por mostrar las cicatrices que dejó ETA no solo en las víctimas sino también en las familias de los victimarios -Joxe Mari, uno de los hijos de Miren cumple una larga condena en la cárcel acusado de cargos de terrorismo-, desmenuzando la vida íntima de cada uno de los miembros de estas dos familias.
En lo cotidiano y lo familiar se esconden las claves para entender cómo, por ejemplo, ETA logró que jóvenes como Joxe Mari y sus amigos vieran la lucha armada como algo justo y necesario, o por qué Miren, a diferencia del resto de miembros de su familia, decidiera asumir que su hijo terrorista era un chico valiente, que lo único que hacía era lo que le correspondía, luchar por la libertad de su pueblo.
En ‘Patria’ hay una idea que transita a lo largo de sus 125 capítulos y es el sinsentido de la violencia, la injustificable y espantosa generada por ETA, pero también esa violencia cotidiana adoptada por las personas que se dejaron seducir por los discursos nacionalistas de este grupo terrorista y que se ven reflejados en su rechazo a todo lo foráneo.
Hace pocas semanas, la historia de Aramburu se convirtió en un cómic, gracias al trabajo de adaptación de Toni Fejzula y en septiembre aparecerá en una versión televisiva que será transmitida por HBO, dos nuevos formatos narrativos, en los que sus creadores también invitan a pensar y debatir sobre los sinsentidos de la violencia y los peligros de los discursos nacionalistas.