El guapo de la barra

Lo que otros callan por temor o timidez, aquí se lo dice sin anestesia. Es comentarista de fútbol de EL COMERCIO.

Alejandro Ribadeneira

Licenciado en Comunicación Social por la Universidad Central. Es periodista desde 1994. Colabora con el Grupo El Comercio desde el 2000 y se ha desempeñado en diversos puestos desde entonces. Actualmente ocupa el cargo de Editor Vida Privada.

La innecesaria reelección del ingeniero

Comentarista
@guapodelabarra

La expulsión de Luis Chiriboga del mundo del fútbol por parte de la FIFA ha generado un fortísimo impacto en las estructuras del fútbol ecuatoriano y también muchos comentarios. Y sí, debe ser muy duro haber dedicado prácticamente una vida a una actividad para que, en el tramo final, caiga una implacable sentencia de exclusión, eterna e inapelable, para ese quehacer. Es la primera sanción moral de la FIFA a un dirigente sudamericano por el escándalo de la Copa América Centenario 2015 y con seguridad no será la última.

Ese enorme dolor pudo haberse evitado si el ingeniero hubiera entendido que los ciclos deben iniciarse pero también terminar y que, tras cuatro períodos al mando de la Ecuafútbol, buscar un quinto era más que excesivo: era gula. Si en el 2015 no se hubiera candidatizado para seguir al frente de la Ecuafútbol con la excusa de que “debía defender lo ganado”, hoy no estaría siendo señalado por las insospechadas consecuencias de la Copa América Centenario. Al contrario, sería el gurú del fútbol, seguiría dando entrevistas y lecciones, y quizás recibiendo a sus amigos dirigentes en su casa para planificar una nueva reelección pues, con toda probabilidad, la afición estaría pidiendo su regreso a gritos.

Después de todo, ningún dirigente llevó a Ecuador a tres mundiales, además de otros torneos de selecciones juveniles y de mujeres. Nadie hizo crecer tanto la infraestructura de los equipos nacionales. Quizás debió dejar que sus contradictores hablaran lo que quisieran en lugar de lanzarse a una quinta aventura, que era absolutamente innecesaria, para evitar que un opositor dominara en la Ecuafútbol. Pero se lanzó. Fue el inicio del fin.