Las autoridades del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) anunciaron un acuerdo por la seguridad social para caminar a las reformas estructurales que necesita el sistema para ser sostenible y eficiente.
Los diálogos quedaron a un lado y ahora las medidas se tomarán en el Consejo Directivo del IESS. Las medidas aliviarán un problema urgente de caja agravado con la pandemia, pero no soluciona los problemas de fondo de la institución: un modelo que no es sostenible, exceso de personal, casos de corrupción y compras con sobreprecio, una deuda millonaria del Estado, ineficiencia en la atención médica a favor de la población cubierta.
La solución que ahora se analiza es parche y pasa por una contribución adicional que saldrá de los bolsillos de los afiliados.
La Ley da la potestad al Consejo Directivo del IESS de revisar la tabla de aportes, pero lo hará en ausencia del vocal de los afiliados, que no ha podido ser elegido desde hace dos años tras ser destituido por la Contraloría. La decisión quedará en manos de los vocales del Ejecutivo y de los empleadores.
El dinero irá para financiar los décimos de los jubilados, un beneficio por el cual no aportaron en su vida activa. En otras palabras, esta población recibe 14 pagos en el año, aunque solo contribuyeron para percibir 12. El beneficio fue introducido por autoridades pasadas sin el debido financiamiento y ahora son los contribuyentes activos quienes asumirán ese costo.
El alza del aporte se dará en el 2021 y puede ser de variable (de 0,5 a 1,96% hasta el 2058) o fijo del 1,10%, según explicó Jorge Wated, vocal del Ejecutivo en el Consejo. El argumento es que la Corte Constitucional dispuso la revisión y que el plazo para decidir se acorta.
Pese a ello, el estudio que se usará no ha sido difundido. Wated dijo que un aumento de la contribución vendrá acompañado de un plan de eficiencia, pero tampoco se sabe en qué consiste. Mientras tanto, la reforma para modernizar al sistema queda otra vez pendiente.