Las crisis sanitaria y económica provocadas por el virus covid-19 parecen afectar desproporcionadamente en tres aspectos más a las mujeres. Primero, muchas trabajan más horas, mientras hacen malabares con las responsabilidades domésticas, como el cuidado de los niños.
El World Economic Forum alerta de que las mujeres y las niñas ya realizan la mayor parte del trabajo de cuidado no remunerado del mundo. De hecho, las mujeres hacen el 76,2% del total de horas de trabajo no remunerado de atención, más del triple que los hombres. Según ONU-Mujeres Ecuador, esta carga ha aumentado en medio de la pandemia debido al cierre de escuelas ya que gran parte de la responsabilidad del cuidado de los niños aún recae en las mujeres.
De acuerdo con las cifras oficiales, antes de la pandemia, las mujeres en Ecuador destinaban 17 horas semanales en la ciudad, y 25 en zonas rurales, a tareas de cuidado y trabajo doméstico no remunerado.
Un segundo aspecto importante es que las mujeres constituyen la mayoría de los 136 millones de trabajadores en el sector de la salud y la asistencia social en el mundo: 70% según la Organización Internacional del Trabajo (OIT). En Ecuador representan el 74%, según estudio de Actuaria. Es decir, esta población está más expuesta a contagios. Un tercer aspecto es que las mujeres en Ecuador están en situación más vulnerable en un escenario de recorte de personal.
La pandemia podría causar la pérdida de 508 000 empleos en el país este año, lo cual elevaría la tasa de desempleo al 9 o 10% según cálculos del Gobierno. El FMI cree que podría llegar al 6,5% al cierre del año. Las mujeres llevarán la peor parte, pues ya antes de la crisis sanitaria la falta de trabajo era un problema mayor para la población femenina: en diciembre 2019, la tasa de desempleo se ubicó en 4,6% para las mujeres y 3,3% para los hombres.
La Asamblea debate una reforma para hacer frente al problema actual del mercado laboral. Es un buen momento para que esa discusión incluya una perspectiva de género.