Economía de a pie

Los datos no dice nada por sí solos. Deben convertirse en información.

Una oportunidad histórica

Un tendero abre una pequeña ventana de su negocio para vender unas cebollas, un tomate y algo de queso a un vecino. Está asustado. Solo un día antes pasaron encapuchados con palos y piedras para obligarle a cerrar. “O cierras o te saqueamos”. Otros vecinos, temerosos, hacen fila en la puerta entreabierta de una panadería para intentar abastecerse.

Hay miedo. Miedo a la realidad, a la verdad, porque la verdad duele. Podemos no aceptar que hubo vandalismo planificado en las manifestaciones y protestas o acciones de sabotaje al sector productivo, creer que no hubo excesos en las acciones de la fuerza pública, pensar que la economía no está tan mal, que el país no se sobreendeudó, que las protestas y malestar de la gente no son válidas. Podemos pensar así, pero eso no cambiará la realidad.

Y la realidad es que el país venía endeudándose desde hace un buen tiempo para llenar un déficit y obligaciones de deuda por USD 9 000 millones al año, casi un tercio de todos los gastos del Estado en un año, más de dos veces de lo que gastará el Fisco en educación en el 2019 y casi tres veces de la inversión en salud por año.

Gobierno y dirigentes indígenas coincidieron el sábado en que la crisis económica debe ser atendida y aceptaron ir al diálogo. Es una oportunidad histórica para la economía. La eliminación de los subsidios a los combustibles es una decisión necesaria y correcta. No soluciona por completo las necesidades de la caja fiscal, pero las alivia para evitar continuar con el endeudamiento a costos inmanejables. El Gobierno lanzó una propuesta de medidas de compensación para los sectores más afectados. Todas estas señales son una oportunidad para construir -ahora sí- una agenda común para el desarrollo económico y social del país con el concierto de todos los actores: indígenas, empresarios, pequeños comerciantes trabajadores, autoridades. Están en juego en este diálogo el derecho a la tranquilidad para emprender, para trabajar, para pensar diferente sin ser vejado.