La subvención que entrega el Estado para gasolinas sigue siendo una pesada carga para el Fisco.
Hasta agosto pasado, el Ministerio de Finanzas destinó USD 1 600 millones para cubrir la diferencia entre el costo real y el valor con subsidio de estos derivados.
Con ello, hasta fin de año la factura total podría alcanzar los USD 2 400 millones, en medio de una política de austeridad y ajuste al gasto. Pese a que esta subvención es de las más ineficientes porque beneficia principalmente a población de altos ingresos, el Gobierno solo ha avanzado hasta ahora en una revisión parcial.
El Ejecutivo liberó el precio de la gasolina súper para que el consumidor pague el valor de mercado. Además, se redujo el subsidio a la extra y ecopaís. Pese a ello, la primera aún tiene un subsidio de USD 0,50 por cada galón y la segunda, de 0,55.
Aunque el plan gubernamental también apuntaba a revisar el valor del diésel para el transporte, finalmente el Ejecutivo dio marcha atrás a esta decisión. Un eventual ajuste a estos rubros quedó para el 2021.
Si bien los ajustes generaron un ahorro de USD 517 millones hasta agosto pasado, de acuerdo con información de Finanzas, se vieron opacados por el incremento del consumo de la extra y ecopaís, que son de menor octanaje y calidad.
Actualmente, nueve de cada 10 galones de gasolinas corresponden a esos productos.
En la carta de intención firmada con el Fondo Monetario Internacional (FMI) no se establece un cambio en los precios de estos derivados para este año o el próximo. Sin embargo, el aumento del precio de estos derivados, que se observa desde este mes, podría obligar a hacer una revisión.
Otra presión fiscal es la necesidad de aumentar los ingresos en USD 1 500 millones el próximo año. Para ello, el Régimen anunció ajustes tributarios en una reforma, que aún no se ha presentado. La falta de acuerdo para lograr estos cambios también podrían llevar a adelantar una revisión a los subsidios.