Análisis internacional

La columna se enfoca en alguno de los más importantes temas de la semana de impacto mundial y latinoamericano. Aspectos políticos y de coyuntura con fuentes de medios internacionales acreditadas. Otros artículos del autor: http://bit.ly/GnzloRuiz

Gonzalo Ruiz Álvarez

Gonzalo Ruiz Álvarez es Subdirector Adjunto de este Diario desde 2008. Ha sido articulista de opinión en EL COMERCIO desde 1991. Dirige el espacio de opinión matutino en Radio Quito y Platinum FM. Ha trabajado en radio y TV desde 1978.

Millonario y muerto de hambre: Venezuela irónica

El esperpento del caudillismo populista de Nicolás Maduro alcanzó el viernes límites insólitos. Los venezolanos ya tienen billetes de un millón de bolívares( 52 centavos de dólar).

La casa de la moneda de Caracas se lanzó a la impresión de millones de billetes de un millón, 500 mil y 200 mil bolívares. La figura digna de un apunte macondiano caricaturesco tiene algo terrible: es verdad.

En Venezuela hay muchos millonarios poseedores de billetes de un valor ridículo. La emisión monetaria desnuda el descalabro de una economía sin arquitectura que es la cara horrible de un país con su tejido productivo destruido, con 4 millones de personas en un éxodo sin fin y sin libertades, oportunidades ni futuro. La historia es más trágica ya que retrotrae a las horas difíciles en otros pueblos de Sudamérica.

Bolivia mostraba colas de cargadores que en sus espaldas llevaban al banco cajones llenos de billetes que seguían a los cuentahabientes para depositarlos cuando la inflación alcanzó el 182.77% mensual, se creó el nuevo boliviano y se paró en seco el despropósito. Era el año 1985 del siglo pasado.

En el Perú del primer Gobierno de Alan García, la inflación llegó al 7 000%. La nacionalización y el discurso populista llevaron al Perú al abismo, pobreza extrema y se perdió toda línea de crédito internacional:
Argentina pasó a poner ceros a su moneda; en los años 70 se emitieron los pesos ‘ley’ borrando ceros y los australes. Todo terminó con la convertibilidad pero las demandas de gasto público de los gobiernos federales se inventaron los patacones: unos pagarés con facha de billete sin respaldo y que se llevaron la economía al diablo para hundirse en el corralito financiero y la debacle. No aprenden; los populistas siguen devaluando sin parar.

Mientras se comenta que Cuba quiere dolarizar su economía hay obtusos que imaginan ficciones con dinero sin respaldo. Bien harían en mirar la cara perpleja del Libertador en los billetes de un millón de bolívares para darse cuenta del tamaño colosal del despropósito.