Las armas nucleares están prohibidas desde este 22 de enero, pero sus poseedores quedan al margen

Imagen referencial. El Pentágono indicó que desplegaría una pequeña arma nuclear en su Revisión de Postura Nuclear 2018. Foto: Pixabay

Imagen referencial. El Pentágono indicó que desplegaría una pequeña arma nuclear en su Revisión de Postura Nuclear 2018. Foto: Pixabay

Imagen referencial. Este 22 de enero del 2021 entra en vigencia un tratado internacional que prohíbe las armas nucleares. Foto: Pixabay

Un tratado internacional que prohíbe las armas nucleares entra en vigor este viernes 22 de enero del 2021 y, aunque la fecha ha quedado ensombrecida por la pandemia y la ausencia de las potencias nucleares de este compromiso, representa uno de los mayores avances para prevenir ataques nucleares intencionales o accidentales.

"Este tratado ofrece la esperanza de un mundo sin armas nucleares y se convierte en una regla que señala, por primera vez, que su uso es ilegal", dice el director general del Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR), Robert Mardini.

En el mundo existen actualmente más de 13 000 ojivas nucleares y "miles de ellas están en estado de alerta máxima, lo que significa que solo se necesita una decisión, un par de segundos, para apretar un botón y provocar un desastre", afirma el responsable.

El CICR estuvo al frente junto con la Cruz Roja japonesa en el rescate y atención de las víctimas de los bombardeos de Hiroshima y Nagasaki, hace 75 años, así que conoce de primera mano las consecuencias humanitarias devastadoras que tiene el uso del armamento nuclear.

"Hasta la actualidad hay hospitales en Japón que tratan a pacientes de cáncer porque estuvieron expuestos a la radiación durante esos ataques", afirma Mardini.

Fue mediante un movimiento de "diplomacia humanitaria" -lanzado por el CICR y la Federación Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, que congrega a las sociedades de la Cruz Roja de todo el mundo- que se consiguió lanzar las negociaciones para prohibir las armas nucleares, que dieron con la adopción del tratado en 2017.

Los ausentes del tratado

Hoy la ratificación de este instrumento jurídico por parte de 51 países permite su entrada en vigor, aunque la ausencia de los países que tienen arsenales nucleares deja que desear.

Estados Unidos y Rusia tienen juntos cerca del 90 % de cabezas nucleares existentes, pero también tienen armas nucleares el Reino Unido, Francia y China, todos ellos miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU.

Oficialmente India, Pakistán y Corea del Norte también son países nucleares, y se da por descontado que Israel cuenta con este armamento.

El tratado que por el momento todos ellos rechazan firmar prohíbe el uso, la amenaza de utilización, el desarrollo, la producción, el ensayo y el almacenamiento de armas nucleares. Igualmente prohíbe ayudar, alentar o inducir a que otros a que incurran en cualquiera de estas actividades.

El principal argumento de los poseedores de armas nucleares para negarse a firmar el tratado es que se trata de un medio de disuasión frente a sus enemigos, un argumento que los impulsores del tratado refutan.

"La realidad es que siempre que existan armas nucleares existirá el riesgo de que sean utilizadas y esto es irrefutable. Si se quiere tener un planeta seguro esas armas deben desaparecer", dice Mardini.

Sostiene que los riesgos son reales y uno de ellos es el de un ciberataque, que podría provocar errores fatales que no respetaría fronteras, a la imagen de la pandemia de coronavirus.

Antecedentes positivos

Según los expertos, aunque el impacto de este acuerdo no sea directo en los países que cuentan con armas nucleares, tratados anteriores -como el que prohíbe las minas antipersonas o las bombas de racimo- demuestran que pueden influir en sus decisiones.

Un análisis de la ICAN, una ONG que milita por la abolición de las armas nucleares y que ganó el premio Nobel de la Paz en 2017, revela que incluso los Estados que no se han adherido a los tratados contra las minas y las bombas de racimo no han utilizado estas armas tras la entrada en vigor de los tratados que las prohíben.

Un cambio de comportamiento se ha observado igualmente en el sector privado. Esos tratados han desalentado la producción y las inversiones en compañías que producen los componentes de esas armas.

Dos firmas, Textron y Orbital ATK, que producían municiones de racimo en Estados Unidos dejaron de hacerlo tras la entrada en vigor del acuerdo que las prohíbe, incluso si Washington nunca lo ha firmado.

Egipto, que tampoco forma parte de él, anunció igualmente que dejaba de producir minas antipersonas en circunstancias similares.

"Si tenemos un tratado que diga que las armas nucleares están prohibidas, las compañías adoptarán una visión de medio y largo plazo y empezaran a desinvertir en algo que es ilegal", subraya Mardini.

Mientras las mentalidades cambian, una de las primeras medidas concretas que los impulsores del tratado esperan para reducir los riesgos de uso de armamento nuclear consisten en que se desactive el nivel de alerta máxima en el que se encuentran muchas de ellas, listas para ser usadas.

Asimismo se plantea que las referencias al poderío nuclear se eliminen de las doctrinas militares y de seguridad, allí donde sigan figurando.

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