Clavado en el nevado de Ananea en los Andes peruanos, unas 70 000 personas viven en La Rinconada, la ciudad que es considerada la más alta del mundo.
Rodeados de nieve y sobreviviendo a fríos extremos, los habitantes de La Rinconada -en su mayoría- se dedican a la minería de oro.
Esta ciudad se ubica a 5 300 metros sobre el nivel del mar.
Un reportaje de El País, de España, da cuenta de que en La Rinconada las calles siempre están cubiertas de lodo, una mezcla de nieve derretida, agua de los lavaderos y desagües y mercurio de los relaves mineros.
El clima en La Rinconada tiene como temperatura máxima 10 °C en verano y las noches de invierno son siempre heladas, con temperaturas bajo cero.
Según El País, este pueblo peruano empezó a crecer en los años setenta y ochenta, cuando los campesinos de muy bajos recursos se asentaron allí para buscar fortuna entre las rocas y el hielo.
La fiebre del oro fue el elemento seductor que generó que miles de mineros llegaran a esta zona que parecía inhabitable por sus duras condiciones, pero por el afán de riqueza La Rinconada empezó a crecer y crecer.
Ahora, sus calles viven en completo desorden, sin sistemas de alcantarillado y sobreviviendo a la contaminación por mercurio usado para extraer oro.
Son pocos los turistas que llegan a esta ciudad, quienes se atreven a visitarla es para buscar el oro que se emana en estas lejanas tierras.
La ciudad acogió su nombre por su cercanía con la laguna Rinconada, ubicada en el sector sur del pueblo.