“Aprender de nuestros errores y no volver a cometerlos”. Así define Pablo Miguel Rodríguez, director de Operaciones de la Policía Nacional, la consigna que se aplicará este jueves 22 de octubre del 2020 en los planes para contener las protestas sociales previstas para las 14:00.
En el país se han confirmado 17 marchas. La mayoría se desarrollará en Quito. Para la capital, la Policía dispuso un contingente de hasta 12 000 uniformados, que pertenecen a las unidades Antimotines, Grupo Motorizado, Policía Judicial, Inteligencia, Policía Comunitaria y grupos tácticos especiales.
“Para controlar, hemos diseñado una planificación operativa por fases”, dijo Rodríguez. Cada fase está dividida según de nivel de riesgo: bajo, medio, alto y muy alto.
Según las circunstancias que se presenten, el riesgo puede aumentar o mantenerse. Sin embargo, en la primera fase, que es de control, se han desplegado desde la mañana 1 200 policías en las calles. Más de 500 se encuentran ya en el Centro Histórico. Allí, las calles alrededor del Palacio de Corondelet se colocaron vallas metálicas y alambres con púas. Hay controles militares en El Tejar para control de armas y explosivos.
Afuera de la capital se implementaron puntos de control vehicular conformados por policías y agentes municipales. Estos dispositivos están ubicados en la vía Alóag, en Oyacoto y otros sectores.
Un segundo círculo de seguridad está ubicado, al sur, en Guamaní y al norte, en el intercambiandor de Capaungo. También hay otros puestos de retención en El Troje, la av. Interoceánica, en el redondel de El Condado y en el sector de El Trébol. En esos sitios, los informados revisan que los conductores tengan sus documentos y cumplan con el número de placa par, que habilita la circulación.
Sobre la posibilidad de que las protestas sean violentas, Rodríguez señaló que los informes de Inteligencia indican que “no hay las mismas condiciones” que el año pasado. Por ejemplo, hasta las 13:30 no había una presencia masiva de personas ni arribos de otras provincias a la capital.
El oficial advirtió que la violencia será contenida con verbalización, control fisco y con uso de armas no letales como gas lacrimógemo. “Nosotros somos una Policía respetuosa. Acompañaremos en las marchas y la gente puede expresarse como desee, pero cuando caen en la violencia tenemos la obligación legal de responder, en el marco de los derechos humanos”.