Millones de personas hacen fila para recibir comida gratis en EE.UU.

Algunas de las personas son inmigrantes sin papeles, en su mayoría de origen latinoamericano. Foto: Reuters

Algunas de las personas son inmigrantes sin papeles, en su mayoría de origen latinoamericano. Foto: Reuters

Algunas de las personas son inmigrantes sin papeles, en su mayoría de origen latinoamericano. Foto: Reuters

Sin empleo y sin dinero por la pandemia de covid-19, millones de personas hacen fila durante horas en Estados Unidos para poder recibir comida gratis.

Los bancos de alimentos, que ya atendían a una población vulnerable, multiplican la distribución, pero temen no poder hacer frente a la creciente demanda.

Las mismas escenas se reproducen por todo el país, de Nueva Orleans a Detroit, pasando por Nueva York, donde el gobierno municipal reparte desayuno, almuerzo y cena gratuitos en varios puntos de la ciudad.

Son imágenes de una población desesperada, que en general ha perdido su empleo y por tanto sus ingresos, a la espera de la llegada de un cheque del gobierno federal, que aprobó a fines de marzo un gran plan de apoyo a la economía.

Pero para algunos, como millones de inmigrantes sin papeles, en su mayoría de origen latinoamericano, no habrá cheque, advirtió el gobierno de Donald Trump.

“Estoy sin nada” 

“Ya tengo ahorita dos meses que no trabajo porque casi fui uno de los primeros que el virus agarró, y pues no tengo trabajo y pues dinero tampoco”, dijo a la AFP Domingo Jiménez, un inmigrante que hacía una fila de más tres cuadras el viernes 17 de abril del 2020 para recibir comida del gobierno municipal en Corona, Queens, uno de los barrios más afectados por la covid-19 en Nueva York.

“Vengo aquí que me den un poco de alimento, lo que sea, porque prácticamente estoy sin nada”, añadió.

El martes 14, más de 1 000 vehículos esperaban en fila en una distribución organizada por el banco de alimentos de Pittsburgh, en Pensilvania.

En ocho operaciones excepcionales como esta, unas 227 toneladas de comida fueron repartidos, explicó Brian Gulish, su vicepresidente.

“Muchas personas utilizan nuestros servicios por primera vez”, señaló. “Es por eso que las filas son tan largas. No conocen nuestra red” de más de 350 puntos de recolección en el suroeste de Pensilvania, dijo.

El 9 de abril, en San Antonio, Texas, unos 10 000 vehículos hicieron fila en un banco de alimentos, algunos desde la noche hasta la mañana siguiente.

“Hace meses que no tenemos más trabajo”, cuenta Alana, una latina que prefiere no dar su apellido en la ciudad de Chelsea, en la periferia de Boston, la más afectada por la pandemia en el estado de Massachusetts.

“Ayer vi una mujer con un bebé de 15 días y otros dos niños, su marido está desempleado, y no tiene más comida en su casa. Le di lo que tenía”, contó a la AFP durante una distribución de alimentos realizada por soldados de la Guardia Nacional.

En Akron, Ohio, las necesidades de los bancos de alimentación subieron 30%.

“Construimos a lo largo de los años una cadena de aprovisionamiento que podía responder a ciertas necesidades”, explicó Dan Flowers, director general de Akron-Canton Regional Foodbank. “Aumentarla 30% del día a la mañana es casi imposible”.

Los bancos de alimentos, incluidas las 200 filiales locales de la red Feeding America, están recibiendo donaciones excepcionales.

Un contribuyente habitual de los bancos, el gigante J.M. Smucker (que produce el café Folgers) hizo donaciones adicionales en Ohio, y la destilería Ugly Dog, de Michigan, donó un camión entero de alcohol en gel en botellas de licores, dijo Flowers.

Más donaciones

Las donaciones llegan también en efectivo, de hogares anónimos o de Jeff Bezos, dueño de Amazon y de la mayor fortuna mundial, que ofreció 100 millones de dólares a Feeding America.

Sin las donaciones, “estos bancos de alimentos no podrían enfrentar la demanda”, dijo Flowers, que está comprando hoy 35% de sus suministros, contra 5% en tiempos normales, ya que el resto proviene de donaciones.

El Food Bank de Nueva York, una de las grandes organizaciones de la metrópolis, aumentó el volumen de pedidos. “Si lo volvemos a hacer al cabo de una semana, los precios pueden haber subido y el plazo de entrega se alarga de manera exponencial”, explicó Zanita Tisdale, una directora de la organización.

“Nuestros empleados no dan más”, dijo Flowers. “Trabajan tan duro. Nos gustaría que todo esto termine”.

Como muchas otras, su organización no acepta voluntarios, para evitar el contagio del virus.

Para aliviar al personal, la Guardia Nacional ha enviado a soldados a muchas ciudades gravemente afectadas, como Chelsea.

Tras un mes bajo tensión, la red de bancos de alimentos aguanta, pero la preocupación crece.

“El aprovisionamiento es aún suficiente, pero en un mes, no lo sabemos”, dijo Brian Gulish.

El plan de apoyo a la economía prevé USD 850 millones en comida para estos bancos, dijo Flowers, que espera cosechar los primeros beneficios en junio.

“Lo que me inquieta son las próximas seis a ocho semanas”, señaló.

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