Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO
La Administración Zonal Quitumbe, la Asociación de Volquetas y la Empresa de Gestión Integral de Residuos Sólidos (Emgirs) alertaron sobre la mala disposición de los lodos provenientes de la construcción del Metro de Quito en la escombrera de El Troje, en la llamada Plataforma Sur, por parte del Consorcio Troje-Oyacoto. Esta firma fue contratada para esta gestión.
Por este hecho, el 5 de diciembre del 2017 ocurrió un deslave que dejó sin agua a 600 000 personas. Según Eddy Sánchez, concejal miembro de la Comisión Especial para dar seguimiento al tema, tras una visita el 25 de marzo -por parte de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Administración Quitumbe-, se alertó de afectaciones al canal Pita-Tambo.
“Por el fuerte temporal invernal, la tierra que proviene del Metro, no es tierra sino lodo”, dice el documento elaborado por la Administración Zonal Quitumbe. Añade que: “existe una saturación de agua en la tierra, donde las lluvias en el sector de El Troje sobre el límite de lo normal, genera flujos de lodo que podrían producir afectación al descender hacia el este con lo que podría afectar el canal Pita-Tambo”.
El 25 julio de este año, la Asociación de Transporte Pesado en Volquetas y Maquinaria de Quito (Atrovolq), detallaba al Municipio los problemas en la disposición del lodo. “No hemos observado la clasificación adecuada de los escombros. Los mayores generadores, en este momento, son los escombros del proyecto del Metro. No se ha notado un tratamiento adecuado de los lodos depositados en la escombrera”.
La Emgirs, desde marzo, envió al Consorcio El Troje-Oyacoto 17 notificaciones que anticipaban inconvenientes en la disposición de material en El Troje. Esos oficios están detallados en el informe presentado al Concejo Metropolitano por parte de Santiago Andrade, gerente de la Emgirs. Las alertas más importantes se dieron el 1 y 2 de diciembre. En el libro de obra se incluyó el llamado de atención por la disposición de lodo en una zona no permitida. Es decir, tres días antes de que ocurriera el deslave.
La principal conclusión del informe es que hubo una mala disposición de material saturado que provenía de las excavaciones para la construcción del túnel del Metro de Quito. Esto se dejaba en una plataforma que no contaba con un sistema de drenaje para su tratamiento.
Para Susana Castañeda, concejala miembro de la Comisión Especial que se conformó para seguir el tema, está claro que fue algo que se pudo evitar y que la pregunta que debe responder la Emgirs es qué hizo tras las alertas por la disposición de lodo en un sector sin las condiciones técnicas.
La Emgirs señaló que el 3 de diciembre se hizo un nuevo llamado de atención en el cual ya se planteaba multar a la contratista. “Exijo la inmediata suspensión de continuar colocando lodos en la Plataforma Sur. Si continúa así, solicitaré multas”, dice el documento entregado al Consorcio.
El 19 de diciembre, la Emgirs inició un proceso para terminar unilateralmente el contrato con el Consorcio Troje-Oyacoto, como respuesta a lo que consideran un incumplimiento por parte de la operadora de la escombrera.
El estudio de impacto ambiental de El Troje, de agosto del 2015, en su página 96 se explica: “debido a su geometría de construcción tiene un alto riesgo de ocurrencia de eventos de deslizamiento cuando exista una lluvia fuerte o por saturación de los materiales que la conforman con agua por las continuas lluvias en el sector de la escombrera”.
Este Diario pidió un versión del Consorcio, pero hasta el cierre de la edición no obtuvo una respuesta.