Imagen referencial. Rogelia Blanco, de 85 años, enfermó de coronavirus en un geriátrico de Xove, España. Foto: Pixabay
Durante 10 días, la familia de Rogelia Blanco, de 85 años, lloró su muerte. La mujer enfermó de coronavirus en un geriátrico de Xove, en la ciudad española de Lugo, y el 13 de enero del 2021 comunicaron a su familia que había fallecido.
Blanco fue sepultada en el cementerio de San Pedro de Xuances en un féretro cerrado al tratarse de una víctima de covid-19, según informó el medio español El País el 25 de enero.
Invadido todavía con la tristeza por la partida de la mujer, Julio, uno de sus sobrinos, recibió una llamada el pasado sábado 23 de enero procedente de la residencia: “Tu tía Rogelia está aquí”.
Efectivamente Rogelia está viva y había vencido al virus y todo este insólito caso de trataba de una confusión. Conchita, su compañera de habitación durante la enfermedad, sí murió de covid-19 y fue a ella a quien los seres queridos de Blanco enterraron el 14 de enero.
La información de El País menciona que la Fundación San Rosendo, que gestiona la residencia San Bartolomeu de Xove, donde estaban las dos adultas mayores, lamentó el “desafortunado incidente”.
De alguna manera que hasta el momento se desconoce, las identidades de las dos mujeres se intercambiaron cuando el 29 de diciembre, tras dar positivo al nuevo coronavirus, fueron trasladadas desde el geriátrico de Xove a otro de Pereiro de Aguiar (Ourense) donde la entidad concentra a sus residentes infectados.
Según el medio, Rogelia y Conchita compartieron la ambulancia durante el trayecto de 220 kilómetros en el que tuvieron que cambiar de vehículo por una avería. Al llegar, fueron instaladas en la misma habitación.
La confusión de identidades llevó a que los médicos de Pereiro de Aguiar informaran de la mala evolución de Conchita a los parientes de Rogelia, y viceversa. Julio, sobrino de Blanco, mencionó que cree que las confundieron pasados unos días porque, “al principio, estoy seguro de que me hablaban de mi tía: me decían que cantaba cuando estaba contenta y ¡Rogelia es así!”.
Después de 10 días de su aparente muerte, Rogelia fue trasladada en una ambulancia y así llegó a la puerta de la residencia de Xove, tomando por sorpresa a los trabajadores, quienes esperaban recibir a Conchita. Una vez comprobado el error, se informó a las familias afectadas.
La familia de Rogelia criticó la “falta de profesionalidad” de la Fundación San Rosendo que ha anunciado que sus servicios jurídicos se encargarán del complejo papeleo para que la tía de Julio vuelva a constar como viva en los archivos oficiales y el cuerpo de Conchita sea trasladado al nicho de su verdadera familia, señaló el medio.
Tras la lamentable confusión, fuentes de la fundación dijeron que a partir de ahora los residentes que sean derivados al centro de Pereiro de Aguiar serán identificados con una pulsera similar a la de los hospitales.
Además, la organización defiende en un comunicado que lo ocurrido “es un hecho puntual de entre los más de 100 traslados que se han realizado desde el pasado de diciembre”.