Mauricio Pinto: ‘Todas las partes tienen que bajar las exigencias’

Mauricio Pinto, exministro de y Finanzas e Industrias. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Mauricio Pinto, exministro de y Finanzas e Industrias. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Mauricio Pinto, exministro de y Finanzas e Industrias. Foto: Patricio Terán / EL COMERCIO

Entrevista a Mauricio Pinto, exministro de y Finanzas e Industrias

¿Por qué se dieron las protestas en la región?

En el país, en la región y en el mundo hay una palabra que creo que resume la problemática: inconformidad. No es un tema solamente económico. Es un tema de un cambio drástico de generación, con otros valores y principios. Y dentro de esos cambios, si se ve la historia de la humanidad, siempre han existido estas revoluciones y anarquismos para entrar después en una nueva situación mundial. Y no tiene nada que ver con si un país es rico o deja de ser rico, es pobre o no tiene materas primas. Alguna gente comete el error de mirar solamente los números y ahí hay una equivocación, no es un problema de bienestar de números. Es un tema de lo que sienten las personas.

¿Perspectiva personal?

Absolutamente. Es el decir: ‘yo no me siento satisfecho con la vida que tengo ni con lo que me quieren imponer’. La segunda cosa. Muchos analistas
dicen que hay crisis en el Ecuador. Crisis es cuando hay algo inesperado y se busca la manera de neutralizar ese escenario. Yo considero que es un problema estructural. No se ha comprendido bien la diversidad que tenemos. Las diferentes maneras de pensar. Y lo vimos claramente en los 11 días del paro que hicieron un daño monumental al país. Si queremos arreglar esto entendiéndolo solo como un tema económico estamos equivocados.

Entonces, ¿hacia dónde hay que mirar
?

Es absolutamente necesario entrar en conversaciones de toda índole, entre todos los grupos, para entender qué es lo que quieren. Se puede solucionar algo siempre y cuando se sepa qué es lo que quieren. Pero no veo que haya un manejo en ese sentido; es decir, de primero entender.

¿El Gobierno no consultó a gente que maneja estas situaciones?

Hay parte de eso. Volvamos al día más difícil de todos. Llegó el Presidente. Se sentaron a negociar. Y no vi a nadie con capacidad de negociación. Al no ver personajes con esa capacidad, dije esto no va a ninguna parte. Porque era evidente que pusieron contra la pared al Presidente. No es que no crea que no son capaces. Se trata de la capacidad de una persona, con la experiencia suficiente, para poder entender al otro y proponer cosas.

¿Al menos debió haber una asesoría externa?

La cosa es que se actuó demasiado rápido.

¿Fue un error decir de aquí no salimos hasta que se haga el nuevo Decreto?

Exactamente. Eso es lo primero que no se debe decir. Porque no se puede poner límites. Evidentemente ahí se acabó la negociación.

En la coyuntura hubo otro factor. El ministro de Comercio Exterior, Iván Ontaneda, dijo que los empresarios tienen una miopía que no les permite ver más allá de sus intereses.

Hay una miopía. Es verdad. Porque el empresario está dedicando su tiempo, más de la mitad, a resolver problemas y no a producir cosas.

¿Qué tiene que hacer el sector empresarial para arrimar el hombro?

Primero hay que trabajar casa adentro. Creo que los sectores empresariales tienen que hacer un gran análisis interno, sin exageraciones, de qué es lo que está pasando y cómo se puede salir de esta maraña en la que estamos enredados, y de la que sale ganando el productor de afuera.

El problema es que no sabemos negociar...

Una vez tuve una conversación con el presidente (Ricardo) Lagos de Chile. Le decía, usted es de la línea izquierdista, pero tuvieron una apertura muy grande para los tratados de libre comercio. Y me dijo: los chinos ya están en Chile, y nosotros no estamos en China. Yo les invito a reflexionar sobre esto. Lo que hay que hacer es que los grupos de poder tiene que analizar y ver cómo salir de la maraña, primero internamente y luego proponer hacia afuera.

Nos falta esa cultura del diálogo, porque el Gobierno lleva dos años en eso y nunca vio este panorama.

Es el entendimiento sobre cómo se resuelven los conflictos. Hay amplia literatura sobre esto, en donde lo primero que va a notar es que no se puede poner tiempos, todo lo negociado se aplica cuando se acaba la negociación, no se negocia por partes. Tiene que ser un paquete. A mí me hubiese gustado que en las negociaciones hubiese estado una persona como Francisco Huerta...

En ese caso, ¿no importa la ideología?

No importa. No estamos hablando de un problema ideológico sino de insatisfacción. La gente está insatisfecha. El empresario dirá: tengo 20 años trabajando y nunca he tenido resultados tan malos. El trabajador dice: no he progresado. Y la negociación que hace el Gobierno desgraciadamente se entiende como: “¿qué quieres que te dé?”.

Puro paternalismo...

Claro. Desde las protecciones hasta los créditos con intereses bajos, etc. Hay que buscar otras formas.

¿Cuál es la perspectiva?

Soy optimista, porque creo que si se entiende esto se puede trabajar en estos temas. Pero primero hay que solucionar el hecho de que todas las
p­artes tienen que bajar su nivel de exigencias.

Formación. Mauricio Pinto (66 años) es ingeniero textil, especializado en Ciencias de la Administración por la Universidad del Rhin Bajo, Alemania.

Cargos. Fue ministro de Finanzas y de Industrias en el gobierno de Sixto Durán Ballén. Fue presidente de los Industriales de Pichincha. Fue concejal de Quito (2000-2004). Formó parte del equipo negociador del Tratado de Libre Comercio. Actualmente es gerente general de Empresas Pinto S.A. en Ecuador y Perú.

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