Trabajos en 3 tramos complican el acceso al norte de la Amazonía

Lodos Negros es uno de los dos puntos más conflictivos en la vía entre Baeza y Tena. Allí se realizan varios trabajos a lo largo de casi 100 metros  de vía. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Lodos Negros es uno de los dos puntos más conflictivos en la vía entre Baeza y Tena. Allí se realizan varios trabajos a lo largo de casi 100 metros de vía. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Lodos Negros es uno de los dos puntos más conflictivos en la vía entre Baeza y Tena. Allí se realizan varios trabajos a lo largo de casi 100 metros
de vía. Foto: Vicente Costales / EL COMERCIO

Las principales vías de ingreso a tres provincias de la Amazonía presentan dificultades por los trabajos que se realizan en tres tramos principales que empiezan en Papallacta, el límite provincial con Pichincha.

Luego de pasar por el sector conocido como ‘La Y’ de esta parroquia aparecen pequeños derrumbes que deben ser esquivados por los casi
4 000 automotores que circulan a diario por esta arteria. En su mayoría, se trata de vehículos pesados que llevan maquinaria e insumos a las petroleras del norte de la Amazonía.

En este primer tramo, de 36 km hasta Baeza (cantón Quijos), hay más de 30 puntos considerados críticos que se intervinieron desde el 2019. Uno de los primeros fue el puente de 40 metros que se levantó nuevamente sobre el río Guango; el anterior se desprendió junto con la vía por las fuertes lluvias del año pasado.

Más adelante está la zona de la quebrada de Yahuana, la más conflictiva de la vía, y en donde se observan dos puentes que construyó el Ministerio de Transporte y Obras Públicas (MTOP) tras la pérdida de la vía.

Ricardo Paula, viceministro de Infraestructura del MTOP, explicó que las vigas de ambos viaductos están casi listas y sus respectivas losas ya fueron fundidas. En los próximos días se espera avanzar con la colocación de las barreras de seguridad que desaparecieron por los derrumbes.

A lo largo de 50 metros, los automotores deben hacer turnos para pasar por el único carril que fue habilitado, de forma provisional.

Las lluvias constantes también dificultan y vuelven más vulnerable el tránsito por este sector. “Por lo que llueve, nos toca manejar lento, pero es preferible ir por aquí que dar la vuelta en Ambato”, dice Jorge Obando, conductor de un camión que traslada productos de Napo hacia Quito.

Los 30 puntos críticos fueron de diferente naturaleza: pérdida de calzada, puentes y otras soluciones aplicadas para garantizar la conectividad. “En las siguientes semanas estaremos con la recuperación de la carpeta de rodadura y las obras de señalización y seguridad”, indicó Paula.

En el segundo tramo, desde Baeza hasta Tena, se realizan trabajos en otros 60 km que fueron declarados en emergencia en el 2019. Los daños más graves están en dos sectores.

El uno es Lodos Negros, donde -a lo largo de casi 100 metros- la vía está lastrada y sin señalética. Allí, el pasado jueves una cuadrilla de trabajadores adecuaba los costados para la instalación de la alcantarilla.

El otro punto crítico está en la Virgen de Guacamayos, al pasar Cotundo. Allí se intervino un talud que en marzo pasado obligó al cierre total por cinco meses. Actualmente la vía está habilitada por un carril.

En ambos tramos que unen Pichincha con Napo se invierten más de USD 11,8 millones. La entrega de las obras está prevista para febrero.

La atención para rehabilitar estos y otros puntos de la Troncal Amazónica es un pedido constante del Consorcio de Municipios de la Amazonía y Galápagos (Comaga) y otras autoridades de la región.

Para Andrés Bonilla, alcalde de Archidona (Napo) y presidente del Comaga, este eje vial no solo sirve para el tránsito “de los amazónicos”, sino también para el desarrollo de actividades fundamentales que operan en la región, como las petroleras. “El futuro del país está en la Amazonía por el turismo. Pero para poder mostrar ese mensaje, y reactivarnos, necesitamos atención en todos los servicios, como la vialidad”.

El tercer tramo, en el acceso hacia Sucumbíos, se realizan trabajos urgentes cerca del sector El Reventador, por la erosión del río Coca.

Abraham Freire, alcalde de Lago Agrio, cuenta que por esa interrupción el camino al cantón en vehículo se prolonga por al menos una hora más. Por ello, agrega, los productos que vienen de afuera también se encarecen ante las dificultades que deben atravesar los transportistas.

“Los peligros son constantes, porque no se sabe en qué momento hay un deslizamiento. La vía es absolutamente pésima, es impresentable, no presta ninguna garantía para el comercio”, dice el Alcalde.

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