La madre de Leoncio y Víctor Hugo, Luisa Vásquez, recibió ayer el reconocimiento de los elementos de la Armada. Foto: Fernando Medina / EL COMERCIO
Naranjal está de luto. Ayer 18 de enero del 2021, en este pequeño cantón de Guayas, la gente realizó un minuto de silencio en memoria de las 12 personas que fallecieron en un accidente de tránsito en la vía Balsapamba-Guaranda.
La noche del domingo murieron siete adultos y cinco menores de edad. Todos eran miembros de una familia que había nacido en ese sitio.
Las banderas de Naranjal fueron izadas a media asta y se dispuso tres días de luto.
Luigi Rivera es alcalde del lugar y amigo de las víctimas.
Recuerda que entre ellas están cuatro personas que vinieron de Estados Unidos a pasar las fiestas de fin de año.
Se trata de Leoncio Quezada, su esposa y sus dos hijas. Él era un reconocido empresario y pasó la Navidad en la casa de Rivera, quien era su compañero de infancia y del colegio.
Dice que cada año se reunían para emprender proyectos por los más necesitados. En los primeros meses de la pandemia, Quezada había donado dinero para comprar víveres para las familias de escasos recursos.
En las calles, todos comentan lo ocurrido. Lucía Logroño, una comerciante de libros, recuerda que a su hermana le entregaron, por junio, un kit alimenticio y le dijeron que un hombre de los Estados Unidos fue quien lo obsequió.
La familia Quezada también es conocida en Naranjal por su segundo hijo, Víctor Hugo, un sargento primero de la Marina con 23 años de experiencia.
Su esposa, quien también falleció en el siniestro, trabajaba en el Registro de la Propiedad.
Sus compañeros la recuerdan, porque viajaba cada mañana desde Guayaquil, ciudad en donde vivían. Ayer 18 de enero, los funcionarios municipales llevaban un listón negro en el pecho por su compañera.
La última vez que la vieron fue el viernes pasado. Ese día ella comentó que el fin de semana viajaría con la familia de su esposo a Baños. Eso también recuerda el alcalde Rivera, quien estuvo con Leoncio y Víctor Hugo el viernes, en la Base Naval San Eduardo.
Los dos hermanos le contaron que sería el último viaje que realizarían juntos antes de que Leoncio regresara a Estados Unidos. El viaje de retorno estaba agendado para hoy.
En redes sociales, los dos publicaron fotos del paseo.
Amigos y familiares viajaron a Babahoyo, ciudad a donde fueron trasladados los cuerpos de las 12 personas.
Allí se practicaron las autopsias. Pasado el mediodía se confirmó que 10 de las víctimas serían veladas en Guayaquil, mientras que las otras dos fueron trasladadas a Milagro.
Personal de la Marina transportó los féretros hasta la Junta de Beneficencia del Puerto Principal. Allí se distribuyeron los ataúdes en dos salas.
Luisa Vásquez, madre de los dos hermanos Quezada, permanecía sentada frente a los féretros de sus hijos. Temblaba. Poco a poco, las salas empezaron a llenarse de marinos.
Vestidos con el tradicional uniforme blanco rindieron homenaje a su compañero.
Sobre su ataúd colocaron una Bandera de Ecuador y su sombrero militar.
Otros, en cambio, llevaron rosas y lirios blancos y los colocaron en los alrededores.
“De parte del Batallón de Marina N° 20 y de la Base San Eduardo le hago la entrega de esta esquela en reconocimiento a nuestro compañero Víctor Hugo Quezada, quien fue leal, disciplinado y valiente. Esperemos que el Señor lo tenga en su Santa Gloria y descanse en paz junto a su familia”, dijo un Marino cuando se dirigió a la madre de Víctor Hugo.
Guillermo Vásquez, tío de los hermanos Quezada, agradeció el apoyo de la Marina.
Minutos antes recordó que su sobrino tuvo misiones importantes en las FF.AA. En la frontera norte pasó dos años.
Los datos muestran que este es el accidente vial más trágico desde el 2018 en cuanto al número de muertos en un solo caso. El 12 de agosto de ese año, 12 hinchas del Barcelona perdieron la vida en la vía Cuenca-Molleturo. Dos días después se reportó el deceso de 16 extranjeros en la vía Pifo-Papallacta.
Un mes más tarde murieron 11 personas en la carretera entre Cuenca y Loja.
Desde entonces, el número de víctimas mortales ha sido menor. Por ejemplo, al finalizar el 2020, un percance en Salcedo dejó seis fallecidos.
Al empezar el 2021, cuatro personas perdieron la vida en Pelileo-Tungurahua.
En 2020, 16 972 siniestros viales dejaron 1 591 muertos.
La gente de Naranjal decía que no habían escuchado un caso así de fuerte. Wilson Zambrano recuerda que conoció a Víctor Hugo cuando tenían 20 años y empezaban en la Marina como grumetes.
Desde entonces compartieron cursos en el país y afuera. “Hicimos maniobras de guerra, estuvimos en las misiones Unitas, pasamos el curso de Fuerzas Especiales. Él se especializaba en el campo de telecomunicaciones y fue un excelente radiooperador de combate”, asegura.
En la sala, el resto de asistentes lamentó las muertes. “Se van cinco angelitos al cielo”, dice una señora mientras señala los féretros de los hijos de los dos hermanos.
La Policía, por su parte, aún investiga las causas del accidente. Los primeros datos señalan que el conductor perdió pista en una curva y no pudo controlar el automotor.
Tras las pericias levantadas se presentará el informe oficial. Los datos de la Agencia Nacional de Tránsito señalan que las causas más frecuentes de un percance en carretera son conducir desatento (24%), no respetar las señales de tránsito (18,5%), exceso de velocidad (15,9%), entre otras.
La familia de los fallecidos anunció que todos serán sepultados a las 16:00 de hoy en el cementerio general de Guayaquil, luego de una misa que se dará en el lugar.