El turista se perdió intentando hallar su hotel en un centro de esquí en los Alpes italianos. Foto: https://www.igloocervinia.com
Pavel, un turista estonio de 30 años, resolvió quedarse más tiempo en un bar, por lo que dejó ir el bus de las 19:30 que lo llevaría de vuelta a su hotel. Sucedió en un centro de esquí en los Alpes italianos, según publica el diario La Stampa.
Él se quedó en el bar hasta que cerraron. Y después de haber bebido distintas copas, la única opción para regresar al lugar donde se hospedaba era caminar. Llevaba únicamente unos mocasines y una chaqueta ligera, equipamiento que probablemente es suficiente para la calidez de un establecimiento, pero no para una montaña nevada de 2 400 metros sobre el nivel del mar.
El turista echó a andar, pero en la dirección contraria a su hotel, asegura el diario español El País. En lugar de bajar, caminó hacia arriba, hasta que en un punto tuvo que hacer escalada en una pendiente de 400 metros. Pese a que la nieve era cada vez más alta y el camino era más angosto, Pavel continuó, en mitad de la temporada de primavera.
Mientras tanto, como el personal del hotel notó la ausencia de su cliente, llamó a los servicios de emergencia, asegura el diario británico The Independent. Así, los bomberos armaron un operativo y lo buscaron durante toda la noche con drones y perros, pero nadie pensó que podría encontrarse montaña arriba.
En un momento, el turista halló una construcción que pensó que podría ser su hotel. Logró abrir la puerta del establecimiento e ingresó. El sitio en realidad es un restaurante que funciona durante el día para quienes se ubican en la parte más alta de la pista de esquí.
En este restaurante se refugió el turista, después de casi llegar a la cima de la montaña. Foto: https://www.igloocervinia.com
Bebió un par de botellas de agua para calmar la deshidratación de la escalada, sumada a la cantidad de alcohol en su sangre, juntó un par de cojines que se hallaban en el lugar y se echó en el piso a dormir.
Al día siguiente, el hombre fue hallado por el personal del lugar llamado Igloo, que habían ascendido en motos de nieve para iniciar su jornada laboral “¿Y tú?”, le preguntaron los trabajadores. Pavel no recordaba cómo ni por qué llegó a ese lugar.