La diferencia de colores entre hombres y mujeres son una construcción social. Foto: Captura de pantalla
Los colores de la empresa Pantone de este año son el azul y el rosado, los dos tonos clásicos para diferenciar a los bebés recién nacidos. La intención de la empresa estadounidense era celebrar una época en la que se habla más que nunca de la diversidad sexual, por lo menos en los países de Occidente, y en la que se entiende poco a poco a los colores y a la ropa como independientes de la identidad de género.
Lo típicamente femenino o masculino, más que serlo por definición, son construcciones sociales. Así lo prueba el libro ‘Rosado y Azul: diferenciando a las niñas de los niños en América’ (Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in América). Jo B. Paoletti, historiadora de la Universidad de Maryland, es el autor de esta publicación.
Los distintivos rosado, para lo femenino, y azul, para lo masculino, no siempre existieron. Hace un par de semanas llamó la atención en redes sociales una imagen del pequeño Franklin Roosevelt (quien fue presidente entre 1933 y 1945).
Franklin Roosevelt, en 1984. Foto: Bettman / Corbis
La foto de estudio, tomada en 1984, cuando Roosevelt tenía dos años, muestra al pequeño con su cabello hasta los hombros. Luce un vestido blanco, sostiene un sombrero, sus medias alcanzan media pantorrilla y calza zapatos estilo Mary Jane.
Esta era la vestimenta neutral que usaban niños y niñas hasta los seis años. El ajuar se sustentaba en lo práctico: cambiar pañales y llevarlos al baño es más fácil con vestido y el algodón blanco se puede blanquear con mayor facilidad.
Si bien el rosado y el azul ya se usaban como colores para bebés a mediados del siglo XIX, se convirtieron en significantes de género antes de la Primera Guerra Mundial, dice Paoletti en una entrevista con Smithsonian Magazine.
De hecho, las publicaciones de la época sugerían el rosado para los niños, pues se consideraba un color más fuerte y decidido, mientras que el azul se describía como más delicado y lindo para las niñas.
Los significados actuales de estos dos colores se establecieron a partir de 1940, en base a las interpretaciones de los fabricantes de las preferencias de los consumidores. A partir de esa década, el mercadeo se dividió, pues mientras más se individualice un producto, se puede vender más, explica Paoletti.