La Luna esconde varios misterios que, de ser resultos en la próxima misión de la NASA, podrán beneficiar a la comunidad científica. Foto: Pixabay
La proeza de la misión Apolo 11, que convirtió a Neil Armstrong en el primer hombre en pisar la Luna en 1969, logró desvelar varios de los misterios del satélite. Gracias a este, y otros viajes a la Luna, sabemos cuál es la composición de su suelo y que también tiene pequeños temblores. Pero también se abrió una caja llena de enigmas que rodean a la Luna. ¿Cuáles son y por qué deben resolverse?
La última vez que un astronauta de la NASA pudo sentir y oler el polvo lunar fue en 1972. A casi 50 años, la agencia estadounidense alista su misión Artemisa, que enviará una nave tripulada a la Luna en 2024 para fijar una base orbital. Para lograrlo, la ciencia tendrá que hacer su trabajo: ir en busca de los secretos que albergue el satélite sobre la evolución del Sistema Solar, cómo la Luna facilitó la vida en la Tierra, establecer la ubicación de sus cuevas, entre otros misterios que te presentamos en Afull.
La cadena informativa BBC Mundo consultó al geólogo Jesús Martínez Frías sobre las claves que oculta la Luna sobre el proceso evolutivo del Sistema Solar y sus habitantes. “La Luna guarda las posibles respuestas porque los elementos más prístinos, más primigenios”. Investigar al satélite, asegura, podría dar luces incluso de la evolución humana.
Los astronautas Neil Armstrong y Buzz Aldrin fueron los primeros en pisar la Luna. El último fue Eugene Cernan, pues desde 1972 ningún país ha enviado misiones tripuladas al satélite. Foto: EFE
El experto basa su hipótesis en el propio origen de la Luna. Hasta ahora se maneja la hipótesis de que se formó a partir del impacto monumental de un objeto del tamaño de Marte contra la Tierra. Esta es la hipótesis del gran encuentro, según explica el portal Space.com . El resultado fue que parte del planeta Tierra se desgarró. “Como la Luna no tiene actividad geológica, conserva esas claves químicas y mineralógicas a partir de las cuales se formó la Tierra y también nosotros, como materia autoorganizada después de 4 000 millones de años de evolución”, dice Martínez Frías
El análisis debería realizarse al satélite, afirma el experto, pues la Tierra es un planeta en constante cambio y “es muy difícil encontrar algo que no esté alterado”. Hacerlo en la Luna, en cambio, permite contrastarlo con la formación de otros cuerpos (Júpiter, por ejemplo) para entender más a profundidad cómo se formó el Sistema Solar.
Otro de los misterios, según Adriana Ocampo, geóloga planetaria de la NASA, es establecer por qué existe agua con mayor cantIdad en el Polo Sur de la Luna. Para Ocampo, la razón sería porque “ahí el Sol nunca le llega porque el eje de la Luna es casi perpendicular”, explicó. Además, la científica señaló que también existiría agua en la Luna, atrapada en las rocas.
El agua es clave para la misión Artemisa, pues la tecnología desarrollada por la NASA permite convertir las moléculas de agua para producir combustible. Para ella, también sería necesario comprobar cuál es el tercer tipo de agua que se estaría formando en el satélite a causa de la interacción de la Luna con el viento solar.
Al ser un satélite natural, la Luna causa un vaivén en los océanos de la Tierra. Para la ciencia, el movimiento es esencial porque permite la circulación de minerales y nutrientes.
“Si tuviéramos un océano estático, las probabilidades de que se diera la vida serían muy bajas”, explica Ocampo. Lo que todavía no se ha podido responder es por qué lo mismo no sucede en Venus, un planeta que tiene el mismo tamaño y composición de la Tierra. “Tenemos dos planetas gemelos básicamente y tenemos que agradecer a la Luna que trajo ese vaivén en los océanos y también equilibró la órbita de nuestro planeta”, dijo la experta a la BBC, aunque aún no se establece por qué.
En esta foto de archivo tomada el 19 de noviembre de 1969, lanzada por la NASA, muestra a uno de los astronautas de la misión espacial Apolo 12 realizando experimentos en la superficie de la luna con una cámara. Foto: AFP
¿Dónde se encuentran las cuevas de la Luna?, se pregunta Ocampo. La NASA estableció que existen y que por sus canales circuló lava, pero no pudieron establecer su ubicación. La importancia de saber en dónde están, explica la científica, es que eventualmente podrían convertirse en hábitats para el ser humano o para guardar equipos y materiales.
Determinar el espacio geográfico de las cuevas también podría ayudar a los científicos a descifrar por qué el corazón de la Luna era una especie de dínamo. Se conoce que la Luna pasó por una etapa volcánica pero es un misterio el por qué de tener un núcleo activo pasó a tener uno ‘durmiente’, que desactivó su campo magnético. Solo así será posible entender la evolución del
El científico Martínez Frías coincide con Ocampo. Conocer la historia de la Luna, es también reconocer la de la Tierra. La conceptualiza como un especie de fósil gigantesco que funciona como un puente: puede conectarte hacia el pasado y futuro.