La grabación se hizo viral a través de varias cuentas de redes sociales que compartieron lo que ocurrió en el patio de la Universidad Central. Foto: Captura

La grabación se hizo viral a través de varias cuentas de redes sociales que compartieron lo que ocurrió en el patio de la Universidad Central. Foto: Captura

Una propuesta de matrimonio fallida se convirtió en viral, pero no era lo que muchos pensaban

La grabación se hizo viral a través de varias cuentas de redes sociales que compartieron lo que ocurrió en el patio de la Universidad Central. Foto: Captura

Una propuesta de matrimonio con flores, guitarras, carteles, una multitud expectante gritando: “¡beso, beso, beso!”. Esto puede terminar de dos maneras: como en las películas de Hollywood cuando la novia dice que sí y todo es felicidad por siempre y para siempre; o de manera catastrófica.

A simple vista, el resultado de un video que a inicios de noviembre del 2018 se volvió viral en Facebook y que fue grabado en Quito fue el segundo. Sin embargo, a pesar de que el clip se viralizó en las redes sociales, no muchos saben lo que pasó realmente con esta historia detrás de esta 'fallida' propuesta de matrimonio. Es por esto que Afull se puso en contacto con Carla, la chica que ‘rechazó’ la propuesta y Cristhian, el ‘novio’ al que le ‘rompieron el corazón’.

Todas estas palabras van en comillas porque, si bien está todo registrado en video, en realidad no pasó, o por lo menos no pasó como la mayoría cree. Resulta que tanto Carla como Cristhian son estudiantes de teatro de la Universidad Central y lo que realizaron en el patio de su institución era parte de un ejercicio para una clase.

“La clase intenta abordar diferentes maneras de observar la teatralidad. Analizamos mucho ‘El Quijote de la Mancha’. La idea surgió a través de eso; ver cómo se lograría generar una teatralidad que se presta tanto a la realidad, se pueda realizarlo como ejercicio en cualquier lugar y cualquier situación”, cuenta Cristhian Recalde, de 23 años.

“Así se nos ocurrió el ejercicio con todos los compañeros de clase y que son también protagonistas del video, que son los muchachos guitarristas, los chicos que sostienen los carteles, Carla y la chica que la acompañaba, todos somos compañeros de carrera”, aclara.

La idea del ejercicio era trabajar en un lugar fuera de la facultad, “nuestra ‘zona de confort’”, como lo llama Cristhian. “Gente ajena a nosotros que no sepa de dónde venimos para generar una reacción natural. No contábamos con que ese día había unas casas abiertas en el sector de la pileta y por eso había mucha más gente de lo esperado. Tampoco nos esperamos que el ejercicio fuera filmado”.

Mucho menos se esperaban que el video se volviera viral. Sin embargo, cuenta Cristhian que en un inicio lo tomó con humor. “Estudiamos teatro y hacemos cosas en las que estamos expuestos: la gente va a filmar, va a emitir criterios muy diversos y divididos. Entonces cada video que veía desde cada ángulo me divertía”, cuenta.

Pero la viralización del video trajo consigo problemas que estos estudiantes no se imaginaron. Y es que Carla Castro, de 20 años, comenzó a recibir todo tipo de mensajes con insultos a través de su buzón de entrada en Facebook.

“Por esto los hombres ya no son detallistas... Por mujeres así”. “A pesar de todo se hace la buena”. Carla relata que este tipo de mensajes “le hacen sentir mal a uno porque cuando te llegan tantos mensajes de diferentes personas, uno se pregunta: “¿Qué está pasando?”.

“La mayoría eran hombres, las mujeres escribían más solo por curiosidad”, agrega la estudiante. Y en este punto cabe hacerse una pregunta: ¿Por qué la sociedad reacciona tan mal ante una decisión que, de haber sido cierto el video, le competía únicamente a la chica? ¿Es que acaso no tiene derecho a decir “no”?

Ante esta interrogante, Carla reflexiona que el clip “se hizo viral por la gana de hacer quedar mal. A mi forma de ver, si una persona quiere casamiento tiene que hablarlo y tiene que ser algo íntimo, pero nadie lo ve así. Solo ven que la chica dijo que no”.

Sin embargo, destaca la joven, también pudo ver comentarios que ponían justamente esto a debate. “También es una presión social el hecho de que sea en un espacio para que la chica diga que sí.

Me parece chévere que se estén dando estos debates porque la función del teatro invisible es crear conciencia en la sociedad”, sostiene. “Logramos muchas cosas, como el debate y visibilizar nuestra carrera; en ese aspecto me parece positivo”.

Hay otra lección que nos deja este video y es la manera en cómo nos comportamos como usuarios en redes. “Las redes sociales tienen mucho poder. Me parece una lástima ver que funcionen tanto para este tipo de cosas, porque cuando en verdad algo debe volverse viral, no lo hace”, critica Cristhian.

Para Carla, siempre es necesario ver más allá de lo que pasa simple vista. “¿Qué necesidad tienes de comentar, de tratar mal a la chica o de sentir pena por el chico y sobre todo de buscar a la gente que está en el video? Si esto no hubiera sido una puesta en escena, el chico se sentía muy mal y yo también. Y eso es algo que no se toma consciencia de las redes sociales, que solo porque algo les parece chistoso o malo, comparten y se hace un lío tan grande de algo tan chiquito”.