El pozo SG-3 de la Península de Kola, en Rusia, mide 22 centímetros de ancho y se dejó de perforar en 1994. Foto: Tomada de Infobae
El 25 de noviembre de 1864 Julio Verne publicó una novela inspiradora. Era la historia de una expedición comandada por un profesor de mineralogía y su sobrino. Iban hacia el lugar que dio nombre al escrito: ‘Viaje al centro de la Tierra‘
Desde aquella aventura o desde tiempos inmemoriales, el hombre se preguntó qué tanto puede excavar. Los cementerios conservan tumbas 1,8 metros debajo del piso. Las piletas olímpicas tienen una profundidad promedio de tres metros. Son excavaciones naturales y convencionales en el mundo moderno. Mientras las construcciones, las proyecciones y las soluciones suelen encontrarse arriba; debajo del metro cero del planeta queda un mundo por descubrir.
Las Catacumbas de París están 20 metros por debajo del suelo terrestre: son una red de túneles de 300 kilómetros de extensión donde se calcula que se encuentran enterrados restos de más de seis millones de personas de distintas épocas de existencia.
Las Catacumbas de París están apenas a 20 metros bajo tierra, pero representa una de las construcciones intraterrestres más impresionantes. Foto: Tomada de Infobae
65 metros más abajo se encuentra la mayor ciudad intraterreste: Derinkuyu, en la a región turca de Capadocia. La urbe subterránea más profunda del mundo fue descubierta en 1963, y dispone de 20 niveles sobre una superficie de ocho kilómetros cuadrados. Historiadores, arqueólogos y antropólogos aseguran que hospedó de manera confortable a casi diez mil habitantes.
A los 85 metros de profundidad se encuentra la ciudad intraterrestre de Derinkuyu, en Turquía. Foto: Tomada de Infobae
A 200 metros de profundidad y en las montañas de West Virginia, a menos de 500 kilómetros de Washington, Estados Unidos, se encuentra el Bunker Nuclear Greenbier, un escondite de emergencia construido en tiempos de Guerra Fría que se mantuvo en secreto durante 30 años. Se trataba de un refugio antiaéreo provisto de suministros para los miembros del congreso estadounidense en casos de suma urgencia.
Construido a mano y sin otra búsqueda que la de encontrar agua, el pozo de Woodingdean es el hoyo natural más profundo de la historia de la humanidad. Comenzó a cavarse en 1858 en un suburbio al este de la ciudad de Brighton, Reino Unido. Tras cuatro años de trabajo, un obrero muerto y las dudas de los contribuyentes que solventaban la iniciativa, finalmente encontraron la napa a 391 metros de profundidad: lo mismo que enterrar el inmenso Empire State.
A 720 metros yace la mina San José donde quedaron atrapados los 33 mineros chilenos que durante 70 días. A 2.300 metros se encuentra el túnel de base más profundo: el túnel bajo de San Gotardo cruza los Alpes suizos en un recorrido ferroviario de 57 mil metros. Dos mil metros más abajo sobre la corteza terrestre, se ubica la mina de oro más profunda del mundo: Mponeng, en Sudáfrica, donde la temperatura puede llegar a 60 grados centígrados. A cuatro mil metros de profundidad, los miles de trabajadores que bajan diariamente al infierno africano se refrescan con hielo, sal y ventiladores, en un proceso de refrigeración improvisado: la producción de hielo alcanza las seis mil toneladas por día.
Pero en la competencia por la excursión intraterrestre más radical, la propuesta superadora es el pozo SG-3 ubicado en la Península de Kola, en Rusia. Construido en 1970 es la excavación más profunda del planeta realizada por el hombre: es un agujero de 22 centímetros de ancho que se detuvo sobre 12.262 metros en la corteza terrestre en 1994, luego de taladrar por 24 años.
El pozo SG-3 de la Península de Kola, en Rusia, mide 22 centímetros de ancho y se dejó de perforar en 1994. Foto: Tomada de Infobae
La perforación fue un desarrollo del Interdepartmental Scientific Council de la Unión Sioviética para el Estudio del Interior de la Tierra que comenzó en 1962, curiosamente cuando Estados Unidos y la Unión Soviética competían por la supremacía de la exploración espacial. Para traspasar las fronteras de la corteza terrestre, faltan otros
18 000 kilómetros y para llegar al centro de la Tierra, la travesía debe otros seis mil kilómetros de recorrido.