
La erupción del Nevado del Ruiz, en Colombia, en 1985 ocasionó la muerte de 23 000 personas. Foto: AFP
Las erupciones más catastróficas de la humanidad

Hay un juego doble de pasiones cuando se mira a una erupción volcánica. Por una parte hay un asombro por el poder y la majestuosidad de la fuerza de la naturaleza. Y por otro lado, hay un temor innato que acompaña a esta clase de fenómenos. En esta ocasión vamos a hablar de lo segundo.
A lo largo de la historia, los seres humanos han documentado toda la furia que han dejado los volcanes a su alrededor. Aquí se cuentan cómo las personas han perdido sus vidas, cuántos cultivos quedaron aniquilados, los hogares destrozado…
Han existido cientos de erupciones catastróficas de las que la humanidad ha sido testigo. Entre las más antiguas de las que se tiene información es la del Vesubio (Italia), que en el año 79 a.C. dejó bajo 25 metros de ceniza volcánica a Pompeya. Un relato de la época cuenta que “la nube surgía sin que los que miraban desde lejos no pudieran averiguar con seguridad de qué monte (luego se supo que había sido el Vesubio), mostrando un aspecto y una forma que recordaba más a un pino que a ningún otro árbol”.
Igual de temible fue la de Tambora, en Indonesia, donde se perdieron las vidas de 70 000 personas luego de que el volcán entrara en erupción en 1815. En este 2015, a 200 años del terrible evento natural, los científicos llegaron a la conclusión de que se produjeron 175 km3 de residuos volcánicos (cenizas, magma, rocas incandescentes, etc.). El impacto ambiental fue de magnitud global, llegando a afectar el clima en los polos, donde se registraron fuertes lluvias, y produciendo daños en las cosechas europeas.
En el mismo siglo, Indonesia volvió a ser testigo de otro gran desastre. Esta vez en el Krakatoa, el cual entró en su máxima etapa eruptiva en agosto de 1883. Esta erupción arrasó con la flora y fauna aledaña, provocó tsunamis y paralizó momentáneamente la circulación de navíos por la zona. Inclusive hubo reportes de que en Nueva York habían caído rocas similares a la piedra pómez.
A inicios del siglo XX, y dentro de un continente, se registró la erupción del volcán Santa María, en Guatemala. Fue en 1902 cuando el coloso despertó tras casi 500 años en silencio. Sus flujos piroclásticos fueron responsables de la muerte de casi 5 000 personas y desoló las zonas aledañas por casi una década.
Entre las más recientes y con igual fuerza catastrófica, la asociación Volcano World, de la Universidad del Estado de Oregon (EE.UU.), ubica al evento de 1985 en el Nevado del Ruiz, en Colombia. Con 23 000 muertes, y otros miles más de damnificados, este se convirtió en un drama sin precedentes en la región andina. Una de las razones para la trágica cifra fue que el mayor proceso eruptivo sucedió en la noche, cuando los pobladores se encontraban en sus camas.