‘El Juego del Calamar’ ha capturado la atención mundial, convirtiéndose en una de las series más vistas en plataformas de ‘streaming’. Su narrativa no solo entretiene, sino que también ofrece una crítica social profunda que resuena en diversas sociedades, incluido Ecuador.
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La serie aborda temas como la polarización entre clases sociales, el empobrecimiento y la falta de oportunidades, así como la inclusión de grupos marginados. A continuación, cómo la serie refleja y critica la realidad contemporánea, al conectar estos temas con las experiencias locales.
Crítica a la desigualdad en ‘El Juego del Calamar’
La serie presenta a 456 participantes, todos con problemas financieros graves, que se ven obligados a competir en juegos infantiles con consecuencias mortales. Esta premisa expone la desesperación causada por la deuda, el desempleo y la falta de oportunidades. Como señala un análisis reciente, ‘El Juego del Calamar’ es una representación cruda de las desigualdades económicas que afectan a muchos en Corea del Sur y más allá, a decir de la BBC.
Los personajes son un reflejo de cómo las estructuras sociales pueden empujar a las personas a situaciones extremas. En la serie se refleja la polarización entre los VIP, quienes son los espectadores de los juegos y los responsables de hacerlos posibles, y los participantes, la mayoría de ellos en condiciones económicas precarias.
El siguiente video puede complementar este tema:
Empobrecimiento y falta de oportunidades
Entre las posibles interpretaciones, se puede observar que la narrativa de la serie se entrelaza con la ficción para reflejar las condiciones económicas de Corea del Sur. Según la BBC, citando a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Corea del Sur se destaca como uno de los países con mayor desigualdad de ingresos, donde los sectores más ricos obtienen ingresos hasta cinco veces mayores que los más pobres. Además, datos de Naciones Unidas señalan que el 1% más privilegiado concentra el 12,2% de la riqueza total.
El filme ‘Parasite’ de Bong Joon-ho retrata muy bien este tema:
Este fenómeno no es exclusivo de Corea; en Ecuador, de acuerdo con datos de Instituno Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), en junio de 2024, la pobreza por ingresos a nivel nacional alcanzó el 25,5%, mientras que la pobreza extrema llegó al 10,6%. En el ámbito urbano, la pobreza por ingresos se situó en el 17,2% y la pobreza extrema en el 4,4%.
Coeficiente de desigualdad de Gini: Este indicador mide qué tan desigual es la distribución de una variable, como los ingresos. Su escala va de 0 a 1, donde 0 representa una igualdad total (todos tienen lo mismo) y 1 refleja una desigualdad total (una sola persona concentra todo). En junio de 2024, el coeficiente de Gini en Ecuador, basado en el ingreso per cápita de los hogares, citado por el INEC, fue de 0,456, lo que refleja un nivel considerable de desigualdad económica a nivel nacional.
Foto: Instituto Nacional de Estadísticas y Censos.
Inclusión y diversidad
‘El Juego del Calamar’ también aborda temas de inclusión y diversidad. A través de sus personajes, la serie presenta historias que reflejan las luchas de grupos minoritarios, que incluyen mujeres, personas de la tercera edad y personas trans. La representación de estos personajes es crucial para entender cómo la sociedad contemporánea enfrenta problemas relacionados con la identidad y los derechos humanos, a decir de la web Ramona Cultural.
En Ecuador, donde los derechos de las comunidades LGBTQ+ aún enfrentan desafíos significativos, esta representación puede generar un diálogo importante sobre inclusión. A diferencia de las series tradicionales, ‘El Juego del Calamar’ ha incluido personajes de sectores minoritarios sin incurrir en lo que actualmente se denomina “inclusión forzada”, sino con el propósito de representar a la sociedad en su conjunto.
Análisis de la representación LGBTQ+ en esta serie:
Historia que inspiró a ‘El Juego del Calamar’
De acuerdo con Infobae, la serie se inspiró en los disturbios laborales de 2009 en Corea del Sur, cuando los trabajadores de la fábrica de Ssangyong en Pyeongtaek se enfrentaron a despidos masivos y a una represión violenta por parte de las autoridades. Hwang Dong-hyuk, director de la serie, quien presenció de cerca estos eventos, utilizó esta experiencia para crear una historia sobre la lucha de los desfavorecidos contra un sistema injusto. Aunque inicialmente la serie fue rechazada por su violencia, después de diez años y en medio de la crisis del COVID, logró concretarse gracias a Netflix y se convirtió en un éxito global, al transmitir una alegoría sobre la lucha de clases y la deshumanización.
Análisis local
Al conectar ‘El Juego del Calamar’ con la realidad ecuatoriana, se observa que las dinámicas sociales reflejadas en la serie también se las puede extrapolar al contexto ecuatoriano. La polarización social y económica es evidente, con una brecha entre ricos y pobres. La serie invita a los espectadores a cuestionar la realidad y considerar cómo las estructuras sociales perpetúan estas desigualdades.
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