No existen estudios concluyentes que demuestren si los dispositivos electrónicos son más o menos perjudiciales que los tabacos.
Mientras aumentan las campañas y medidas para evitar el consumo de tabaco, el cigarrillo electrónico se populariza cada vez más. Pero ¿qué tan nocivos son para la salud comparativamente?
Los rumores y estudios a favor y en contra de los dispositivos electrónicos abundan en la red. En parte, explica el catedrático Francisco Pérez, porque existe una gama muy diversificada de estos cigarrillos.
En principio surgieron como un mecanismo para dejar de fumar. ¿Cómo lo logran? pues poseen nicotina dosificada para el dejar el tabaco poco a poco. Sin embargo, hoy en día existe en el mercado ‘vapeadores’ sin esta sustancia, que es la que produce adicción. En términos generales podemos decir que cuentan con glicerina vegetal y propenglicol , sustancias que al calentarse liberan la nicotina o el aromatizante del dispositivo. Así lo explica Pérez.
Mientras que el tabaco es mucho más que un enrollado de las hojas de esta planta. Es decir, muy natural no es. De hecho, se ha comprobado que cuenta con más de 4 000 sustancias químicas tóxicas que afectan a la salud como amoniaco, arsénico, cadmio, algunas de estas aumentan las probabilidades de padecer cáncer.
El tabaco afecta a muchas partes del cuerpo. Según el neumólogo Mauricio Montaño, son a nivel de sistema respiratorio (pulmones, garganta, bronquios) y cardiovascular (el corazón y todo el sistema circulatorio). La combustión de los químicos tóxicos afectan a los bronquios y pulmones. Una de las enfermedades más comunes relacionada con el tabaquismo es el EPOC (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica); esta puede producir bronquitis crónica o enfisema, que es una afectación de las bolsas de aire de los pulmones llamados alveolos.
En el caso de los cigarrillos electrónicos, cuando la persona ‘vapea’, no existe combustión, porque no se ‘quema’ nada. En consecuencia, no producen humo, sino vapor fruto del calentamiento de las sustancias. Pérez explica que no existen estudios concluyentes que hayan analizado la composición química de este vapor y por eso es difícil determinar si sus efectos son igual o menos nocivos que los del tabaco. Montaño coincide pero agrega que algunas investigaciones han demostrado los efectos de los dispositivos a corto plazo, en estos se observa una irritación en la función pulmonar al momento de vaporear.
Y ¿para el tabaquismo? Para muchas personas que no pueden dejar de fumar, los cigarrillos electrónicos lucen como su salvavidas. Sin embargo, la OMS señala que no hay evidencia de aquello. Otro estudio de la revista científica Lancet, recogido por el diario The Huffington Post, advierte que de una muestra de 657 personas solo el 7,3% dejó de fumar. Lo que sí admite es que la mayoría redujo el consumo del tabaco convencional. Montaño dice que esto se debe a la nicotina, que es la sustancia que produce adicción. En esto son bastante similares porque si ambos poseen nicotina el mecanismo de la adicción no cambia.
Otra de las dudas que surgen inevitablemente son los efectos sobre terceros. Se ha demostrado científicamente que el humo del cigarrillo afecta no solo al fumador sino a las personas de alrededor que lo perciben, por esto se ha prohibido su consumo en lugares cerrados como bares, restaurantes, etc. No pasa lo mismo con los dispositivos electrónicos, el vapor se diluye rápidamente, es más discreto y no existen restricciones para vaporear. No existen estudios lo suficientemente confiables- científicamente hablando- que comprueben sus efectos sobre terceros.
Ambos expertos explican que una de las causas para que no existan investigaciones concluyentes sobre los efectos de los cigarrillos electrónicos puede obedecer al interés de las grandes tabacaleras en el mundo. Por esto, la OMS en 2014 publicó un documento en el que la comunidad médica da algunas recomendaciones sobre el uso de los vapeadores.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) dice el informe que estos dispositivos están dirigidos a las personas que quieren dejar de fumar y no para jóvenes o no fumadores , por ello se busca impedir su promoción. Otra de las recomendaciones es “minimizar los posibles riesgos sanitarios”. Existe mucha polémica en torno a que las empresas de cigarrillos electrónicos no dan toda la información a sus usuarios sobre los componentes y riesgos que conllevan; Pérez señala que esta es otra forma de prevenir reclamos.