El cantante ecuatoriano AU-D en un concierto en 2007. En la década de los 90 su canción Tres notas fue muy popular

El cantante ecuatoriano AU-D en un concierto en 2007. En la década de los 90 su canción Tres notas fue muy popular

Por esta razón no podías sacarte de la cabeza las Tres notas de AU-D

El cantante ecuatoriano AU-D en un concierto en 2007. En la década de los 90 su canción Tres notas fue muy popular. Foto: Archivo/EL COMERCIO

A principios de los años noventa muchos jóvenes ecuatorianos tenían en su cabeza resonando esta frase: “Por ser siempre así, siempre así, estas tres notas son para ti”. No importa cuál es tu género musical favorito, hay canciones que se quedan en tu memoria, aunque te cueste reconocerlo en público.

Es común que un éxito musical, que escuchas cientos de veces, se quede en tu mente y no solo la letra sino también el ritmo. Por ejemplo, durante el 2017 en emisoras de radio, en la calle o en discotecas se escuchaba la canción Despacito de Luis Fonsi y seguramente la mayoría de nosotros logremos cantar, por lo menos, el coro de esta pegajosa tonada. ¿Por qué sucede esto? La respuesta es sencilla, la repetición.

La cantante ecuatoriana Tatiana Goritti explica que estos temas son tan fáciles de aprenderse por la sencillez de sus letras y por la repetición de palabras claves en la canción. Por su parte, el antropólogo Sebastián Mosquera coincide en que ser reiterativo es un punto clave, pero a esto le aumenta el ritmo que, desde su punto de vista, es lo primero que llega al público; “si este (el ritmo) es de interés de la audiencia, habrá una casi necesidad por prestar atención a la letra de la canción”.

Para ejemplificar esto volvamos a la canción del rapero ecuatoriano AU-D, la frase “Estas tres notas son para ti”, se repite cuatro veces durante la canción, justo antes de empezar el coro, por eso es probable que recuerdes esa parte de la canción. En cuanto al ritmo es una tonada sencilla y pegajosa con solo tres notas musicales, tal como dice el nombre de la canción.

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Otro ejemplo es Quisiera del grupo de pop Kiruba. El coro de esta tonada dice: “Amor mío quiero que me beses, quiero que me abraces, mira como tú lo hacías, así lo querías”, como pueden notar es un estribillo muy fácil de memorizar que sonó tanto a inicios de los 2000 que de seguro ya forma parte de nuestro archivo mental.

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Aunque parezca que los temas pegajosos pertenecen a un solo género como el reguetón, esto no es así. El antropólogo Mosquera afirma que una canción puede ser pegajosa si es sencilla en letra y ritmo, por ejemplo, el pegajoso pop-punk norteamericano. Es tan fácil para un hispanohablante aprenderse una canción de reguetón como lo es para un anglo aprenderse una canción de Blink 182, Green Day, Bowling forSoup o Panic at the Disco”, concluye.

¿Cómo sacarnos esos temas pegajosos de la cabeza?

Para empezar, hay que dejar algo en claro, hay mentes que son más propensas a obsesionarse con una canción, entre ellas las personas con carácter obsesivo compulsivo y neurótico, así lo asegura un estudio de la Universidad de Sheffield publicado en la revista científica Science Friday en mayo del 2014.

En un entrevista publicada por el diario español La Vanguardia, las psicóloga clínica Soraya Bajat recomienda tratar este tema como cualquier obsesión “Debemos intentar restarle importancia. Si se le presta atención se refuerza la idea, con lo que la probabilidad de repetición es mucho mayor”, finalizó la especialista.