Madrid, AFP
El jefe del gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció este miércoles una subida de impuestos para 2010 vivamente criticada por la derecha, cuando el déficit crece desbocado en una España que atraviesa una profunda recesión y con un desempleo récord en Europa.
En una sesión plenaria en el Congreso de los Diputados, dedicada exclusivamente a la economía, Zapatero anunció una subida de la presión fiscal en 2010 equivalente al 1,5% del Producto Interior Bruto (PIB) para garantizar los gastos sociales y contrarrestar el incremento del déficit.
El líder de la derecha, Mariano Rajoy, criticó firmemente este proyecto, que cifró en 15.000 millones de euros (21.632 millones de dólares) , considerándolo contraproductivo para reactivar una economía casi parada y que no muestra signos de restablecimiento como en Alemania o Francia.
El alza de los impuestos “generará más crisis, más desempleo y no solucionará el déficit porque no hay subida de impuestos capaz de tapar el agujero que ha creado”, dijo el jefe de la oposición a Zapatero. El presidente del Partido Popular (PP) propuso al Gobierno un pacto para “racionalizar el conjunto del gasto público”.
El discurso de Zapatero se esperaba con impaciencia tras las recientes declaraciones contradictorias de sus ministros sobre el tipo de esta nueva subida fiscal.
El jefe del gobierno no desveló, no obstante, la forma en que se llevará a cabo el aumento, limitándose a señalar que no afectará a las rentas del trabajo.
Explicó que las medidas concretas se detallarán en el próximo proyecto de ley de presupuestos para 2010, “los más austeros de los últimos años” marcados por una reducción del gasto del 4,5% respecto a 2009.
El gobierno consideraría suprimir, al menos parcialmente, la devolución anual de 400 euros sobre el impuesto de la renta acordada para todos los hogares durante la campaña legislativa de 2008 y aumentar el impuesto sobre las rentas del capital.
Zapatero había hecho de la bajada de impuestos y el aumento de prestaciones sociales los ejes de su política económica a su llegada al poder en 2004, en una España en auge.
Pero la profunda recesión en la que está inmerso el país desde finales de 2008, bajo el doble efecto devastador del estallido de la burbuja inmobiliaria y la crisis financiera internacional, le han obligado a cambiar de idea.
A ello se añade que el déficit presupuestario se ha desbocado debido a la reducción de ingresos fiscales y las medidas de reactivación para las obras públicas o de apoyo al sector inmobiliario.
Este último se situó en los 49.687 millones de euros (71.074 millones de dólares) en los primeros siete meses del año, cinco veces más que un año antes. El gobierno prevé un déficit de las cuentas públicas del 9,5% en 2009, es decir, muy por encima del límite del pacto de estabilidad europeo (3% del PIB) .
España paga con creces la factura social de la crisis: el desempleo ha superado los 4 millones de parados en el segundo trimestre, con una tasa del 17,9%, cerca del doble de la media europea y que no deja de aumentar.
El gobierno ha sido duramente criticado, incluido por algunos medios de izquierda como el diario El País, que denunciaba el domingo sus globos sondas pintando un oscuro cuadro de un “España a la deriva”.
Zapatero reafirmó este miércoles que ha pasado lo peor de la recesión. “Pero ello no significa, en absoluto, que la recuperación ya esté aquí ni que ésta se vaya a culminar con rapidez”, admitió Zapatero, quien explicó que “la entidad del daño ya causado es tal que vamos a tardar un tiempo considerable en digerir sus consecuencias”.