En el parque central de Nabón se realizó el miércoles pasado una ceremonia de purificación con cuatro yachas. Foto: Xavier Caivinagua/EL COMERCIO
Mama Yama pidió silencio para empezar la ceremonia ancestral, el pasado miércoles, en la plaza central de Nabón, al sur de Azuay. En el piso se formó la Chakana (Cruz Ancestral) con granos de maíz, pétalos de flores y frutas.
Ella y sus tres compañeros yachas (sabios), vestidos con llamativos trajes claros, se ubicaron en las cuatro puntas de la cruz. Desde ese improvisado altar invocaron los elementos esenciales de la naturaleza: agua, tierra, fuego y aire.
Solo se escuchaba el sonido de un tambor y una quipa, así como el murmullo de Mama Yacha y de los taitas Mario Cevallos y Roberto Ochoa. Los asistentes mantenían sus miradas sobre la cruz y los yachas.
Ellos son parte de los 30 sabios agrupados en la Asociación Intercultural Yachas Pumapungo, provenientes de Azuay, Cañar y Morona Santiago. Hay otros 44 que no participan activamente en las reuniones y ceremonias públicas.
Roberto Ochoa es el presidente. Se agruparon hace tres años para intercambiar sus conocimientos y fortalecer la actividad. “Hacemos rituales de limpias, curaciones… llamando a las energías positivas. No somos brujos”.
También se reunieron para potenciar las culturas de los pueblos, medicina ancestral, educación intercultural, espiritualidad, saberes e idioma. Desde entonces son tomados en cuenta por las instituciones públicas que inician algún acto especial con rituales ancestrales. Por ejemplo, este mes han realizado dos ceremonias para la Coordinación Zonal Austro del Ministerio de Educación.
El primero se realizó en la plaza de Santo Domingo de Cuenca, por los 15 años de esta ciudad como Patrimonio de la Humanidad.
El otro fue en el Encuentro Intercultural para la implementación del nuevo modelo de Educación Intercultural Bilingüe, en Cuenca. También trabajan con el Ministerio de Salud, Municipio, organizaciones sociales… En el ritual utilizan elementos de sanación relacionados con la naturaleza, como plantas consideradas sagradas, semillas, plumas de animales, etc.
Ellos hacen ritos para que fecunde la tierra, por el Taita Inti (sol), por las mujeres, las cosechas, para sacar el mal de ojo y el espanto en los niños.
La mayoría de Yachas heredó los conocimientos por tradición oral, pero también estudiaron. Los abuelos y los padres de Mama Yacha y de Cevallos también fueron sabios. Algunos, como la madre de Cevallos, por su edad (85 años) dejaron estas prácticas. Pero otros no se retiran como los esposos Segundo Toapanta y Maruja Pillajo, de 85 años.
Cevallos contó que dependiendo de los meses tienen mayor o menor pedidos de rituales al aire libre. En junio hay más pedidos por la fiesta del Inti Raymi y el Corpus Christi.
Los yachas de esta asociación se reúnen una vez por semana en Cuenca para atender los pedidos y realizar actividades de planificación. Un ritual para instituciones cuesta de USD 40 a 50.
Armar la Chakana toma una hora, por la combinación y significado de los elementos naturales que la componen. Mientras que las ceremonias duran 30 minutos, como ocurrió en Nabón. Al finalizar, Mama Yama dijo que el ambiente quedó purificado y cargado de energías positivas, al igual que los participantes.
En contexto
Desde hace tres años, estos sabios de Azuay, Cañar y Morona Santiago, que tienen conocimientos ancestrales, se organizaron para ofrecer sus servicios y reforzar los saberes e intercambiar sus experiencias. Junio es el mes de mayor demanda de rituales.