Cuatro, cinco, seis años quemándose las pestañas en la ‘U’, y después ¿qué haces de tu vida?
La respuesta más lógica sería: “a trabajar”. Pero si tu currículo está en todas las oficinas de la ciudad y nadie te llama, ¿cuál es tu opción?
A muchos jóvenes no les queda de otra que trabajar en el taxi de su tío y se olvidan de su carrera. No es raro que el abogado, la comunicadora social, el gastrónomo… estén trabajando como recepcionistas en un consultorio médico.
Los diplomas y los ‘cartones’ (títulos) quedan archivados en los álbumes de fotos.
El desempleo ya es tema recurrente de las campañas políticas. Todos hablan de crear plazas de trabajo, pero la vida real está fuera de las oficinas.
Después de la ‘U’, ¿qué? Esa es la pregunta de cientos de graduados. Los más pilas aplican su profesión en ‘chauchas’ que les ayudan a sobrevivir y creo que hacen bien.
Si esperas a que te caiga un empleo del cielo, mejor olvídalo. No dejes que tu carrera se llene de telarañas, únete a tus panas y crea tu propia plaza de trabajo, así como ya están haciendo algunos jóvenes.