La voz de otro

La reunión del Consejo Sudamericano de Defensa en Quito dejó muchas interrogantes. Hay cuestiones de fondo y  de forma que deben solucionarse para que esto funcione en el largo plazo. No he encontrado mejor manera de hacerlo que ponerme en la mente de un ministro de un país amigo que asistió a la reunión. Es una técnica que no se me ocurrió a mí, sino al famoso articulista del New York Times, William Zafire:

“En la reunión no pasó nada. Mejor dicho, pasó mucho pero lo que pasó no tiene nada que ver con la seguridad colectiva sino con los encontrones y problemas  entre Venezuela, Ecuador y Colombia. Todo parecía ser una suerte de acusaciones bipartitas, en donde Ecuador no sabía qué hacer mientras todos los demás éramos espectadores.  Y me quedó la sensación de que el Alba es un ruido que impide hacer coaliciones más amplias en la región. El Canciller ecuatoriano entró acompañado de sus colegas del Alba, mientras los demás esperábamos en la reunión. Luego también estuvieron juntos durante el almuerzo y nunca entendimos qué pasaba por allí y cuáles eran las deliberaciones internas.

“Brasil casi no dijo nada, pero cuando dijo algo, parecía que le nacía de la desesperación de que la reunión no avanzara, pidiendo a Colombia que termine de contestar y que avance la reunión. En el fondo, todo esto se hubiera podido arreglar si los encargados de la Presidencia Pro-Témpore hubiesen acordado antes  los elementos de la reunión. Desde los más profundos hasta los más pequeños. A mí no me llamaron. Y a otros tampoco. Talvez podríamos haber llegado a acuerdos previos que faciliten la reunión. Y para empezar necesitábamos un acuerdo que nos permita ponernos de acuerdo. Hay que ponerle atención a Brasil. Y hay que organizar las cosas y la agenda de tal manera que cada uno de los países tenga claro cuándo  revelar temas importantes.

“Colombia, por ejemplo. Todos sabemos que un acuerdo militar del tipo que está gestionando con Estados Unidos no puede ser revelado oficialmente antes de estar firmado.

“Era inútil insistir en que lo desglose en ese momento. Lo importante es que Colombia estaba y que siga estando. No es posible arriesgarse a ponerlos en el banquillo y que nuestras preocupaciones queden sin ser contestadas. Lo mismo puede decirse de Venezuela.

“Debe haber un procedimiento más claro la próxima vez. Reuniones técnicas, con profesionales más experimentados, y muy bien preparadas. Todos los gobiernos consultados antes y al más alto nivel. Además debemos viabilizar esquemas que sean aceptables para todos y dejar de lado las acusaciones mutuas. Estamos perdiendo tiempo y energías. El Alba no puede ser una coalición aparte que ponga en riesgo la unidad de la Unasur. Peor cuando se trata de seguridad y defensa. Es por el bien de todos”. No es necesario agregar una sola coma.

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