Razones económicas políticas y logísticas paran el voto electrónico

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En febrero del 2014, los habitantes de Santo Domingo usaron el voto electrónico. Archivo / EL COMERCIO

La oferta del Consejo Nacional Electoral (CNE) para las elecciones del 2017, el 50% de los ecuatorianos sufragaría a través del voto electrónico no se cumplirá. Para los siguientes comicios, en los que se elegirá presidente, vicepresidente y legisladores, los electores votarán de la manera tradicional: papeletas, esfero y la urna donde depositar los votos.

La decisión del organismo de no aplicar el moderno sistema de votación se conoce hoy en una sesión de Pleno en el recinto Santa María, en La Manga del Cura, donde se aprobará el presupuesto para el 2016 y se tiene previsto conocer las reformas al Código de la Democracia.

No obstante, la vicepresidenta del organismo electoral, Nubia Villacís, confirmó que ya se dio la disposición al gerente del proyecto de voto electrónico para que el estudio de factibilidad -solicitado por la Secretaría Nacional de Planificación y Desarrollo- se lo proyecte para las elecciones seccionales del 2019.

El discurso oficial, desde inicios del 2011, cuando se presentó el proyecto durante la administración de Domingo Paredes (actual asesor de Carlos Marx Carrasco en el Ministerio de Trabajo), fue que este mecanismo constituía una necesidad para modernizar el sistema de sufragio. Ahora, el presidente del CNE, Juan Pablo Pozo, maneja tres argumentos para congelar el voto electrónico.

El primero señala que no sería viable aplicar este sistema en una parte del país, pues se trata de una votación para autoridades de carácter nacional. Por ello, mientras el voto electrónico entregaría resultados en aproximadamente dos horas; el manual ha registrado esperas de hasta 20 días. Aquel desfase temporal complicaría la entrega de resultados unificados.

El segundo se refiere a que existen actores que han señalado que a través de este mecanismo se puede fraguar un posible fraude electoral. Al respecto, Pozo habló de ser “coherentes con esas voces” y si hay dudas “sigamos con la votación tradicional de papeleta”.

El tercero -y el más complejo- es el económico. Dentro de una política de austeridad, según anunció Pozo, la implementación de este mecanismo de sufragio requiere de una inversión de alrededor de USD 145 millones. Además, dentro de un proceso electoral el costo de votación en papeleta normal es de USD 7 por persona, mientras que el voto electrónico el costo asciende a 14.

En las elecciones seccionales de febrero del 2014 se implementó el sistema de voto electrónico en Azuay y Santo Domingo. Sufragaron aproximadamente un millón de electores y con resultados que fueron bien evaluados por el CNE y los veedores internacionales.

En el primer caso, se utilizó el sistema de votación argentino (Salta); en Santo Domingo el sistema fue provisto por Smartmatic, que ha prestado sus servicios a Filipinas, Venezuela, Brasil y Bélgica.

Pozo destacó que en Azuay se entregaron los resultados en dos horas, mientras en provincias como Guayas, Esmeraldas, Los Ríos, Manabí -donde se votó manualmente- se entregó en 20 días.

Sin embargo, Villacís destaca que para el 2017 se aplicará el voto electrónico, como plan piloto, a 2 millones de electores y que ese sistema de votación irá en la línea de la “soberanía electoral”. Será elaborado de manera íntegra por ingenieros ecuatorianos.

Para Fausto Camacho del Observatorio a la Función Electoral, el voto electrónico no es sino una herramienta que puede servir para construir o destruir. Califica como “acertada” la decisión del CNE de no implementar ese mecanismo para el 2017 pues a más de razones económicas, existe falta de confianza en el organismo. “Es una decisión que podría dejar tranquilo a algunos actores”.

CNE en ‘austeridad’

En la línea de disminuir costos, los vocales electorales proponen hoy en el Pleno una reducción de al menos 3% dentro de la pro forma presupuestaria para el 2016. Inicialmente este rubro se ubica en USD 66 169 946, pero Villacís aseguró que se podría optimizar los recursos y la cifra podría ser inferior.

Esa reducción se enfocará en gastos corrientes como adquisición de papelería, mobiliario y alquileres, pero no habrá recorte de personal.

En contexto

El 7 de agosto, el colectivo “Los Pelagatos” presentó ante la Corte Constitucional una demanda al voto electrónico por considerar que este sistema no puede asegurar la auditoría, integridad, secreto y transparencia del acto electoral.

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