Cotopaxi recupera, de a poco, su potencial turístico diverso

La laguna de Limpiopungo es uno de los atractivos del Parque Nacional Cotopaxi. Hay más turistas extranjeros que llegan con las operadoras turísticas de Quito y otras urbes. Foto:  Glenda Giacometti / EL COMERCIO

La laguna de Limpiopungo es uno de los atractivos del Parque Nacional Cotopaxi. Hay más turistas extranjeros que llegan con las operadoras turísticas de Quito y otras urbes. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

La laguna de Limpiopungo es uno de los atractivos del Parque Nacional Cotopaxi. Hay más turistas extranjeros que llegan con las operadoras turísticas de Quito y otras urbes. Foto: Glenda Giacometti / EL COMERCIO

La apertura del Parque Nacional, tras tres meses y medio de su cierre por la reactivación del volcán Cotopaxi, nuevamente atrae a los turistas nacionales y extranjeros.

A pesar de las restricciones de no ingresar a los dos refugios o ascender a la cumbre, los visitantes arriban a la reserva atraídos por el coloso que mantiene una emisión constante de vapor que se levanta sobre el cráter.

Este atractivo ayuda de a poco a este sector productivo a mejorar económicamente. La Cámara de Turismo de Cotopaxi estima que al menos el 30% este sector se recuperó desde el 11 de diciembre del 2015, cuando se hizo la apertura de la reserva ecológica.

Desde esa fecha, los 11 sitios de hospedaje que están ubicados en las zonas aledañas al macizo empezaron a tener huéspedes. Las hosterías Tambopaxi y San Agustín de Callo, que cerraron sus puertas el 15 de agosto del 2015, cuando se decretó la alerta amarilla por una supuesta erupción, abrieron nuevamente.

A través de las redes sociales, como Facebook y Twitter, promocionan al coloso y sus locales como los principales atractivos. También, la práctica de pesca y paseo a caballo.

Para Hólger Llumiugsi, administrador de Tambopaxi, la situación fue difícil porque los 12 colaboradores se quedaron sin empleo debido a que la hostería es el único centro que está en el interior del Parque Nacional Cotopaxi.

Al momento atienden entre 20 y 30 personas a la semana en el servicio de restaurante y hospedaje. “Tenemos restricciones, estamos autorizados a acoger 40 personas cuando nuestra capacidad es 70. Es como una medida de seguridad. En caso de una emergencia podremos salir. Están señaladas las rutas”, indica Llumiugsi.

La velocidad máxima a la que se puede circular en el Parque Nacional Cotopaxi es 35 km por hora. Los turistas no ingresan a zonas no autorizadas. Pueden recorrer la laguna de Limpiopungo, el volcán Rumiñahui y Tambopaxi.

El viernes pasado un grupo de turistas estadounidenses llegó atraído por el volcán Cotopaxi. La guía naturalista Lilian Vera les dio algunas de las recomendaciones de seguridad para que puedan evacuar. Además, recibieron los kits de seguridad compuestos por gafas, mascarilla, agua...

Vera cuenta que las operadoras de turismo nuevamente comercializan los paquetes para visitar esta reserva natural. Recuerda que antes del cierre del parque, a la semana traía entre 18 y 25 personas, ahora son de seis a siete. Cree que también afectó la crisis y la enfermedad del zika, pese a que Ecuador es un sitio seguro.

La espesa capa de nubes que cubría al coloso Cotopaxi impidió al californiano Alan Jenskins mirar al macizo. “Es algo espectacular estar cerca de un volcán activo, es verdad que da un poco de temor pero puedes vivir esa experiencia en esta reserva bien hermosa”.

Según un informe de la Dirección Zonal 3 del Ministerio de Turismo, desde la apertura de la reserva la afluencia creció en un 30%. Durante el cierre de la reserva la actividad turística decayó en un 90%.

Freddy Machado, técnico de la entidad, manifiesta que antes el flujo turístico anual en el parque era de 260 000 personas. Pero con la alerta amarilla y la caída de ceniza, los lugares de hospedaje más cercanos al macizo cerraron sus puertas y otros, a pesar de no estar en una zona de riesgo por los lahares, no tenían huéspedes.

Luego del impacto económico que tuvo el sector se buscaron alternativas como promocionar nuevas rutas turísticas como el Quilotoa, La Maná y otros. Además, se determinaron miradores para ver al volcán en su proceso eruptivo. Eso atrajo a más visitantes. Se identificaron y señalizaron cuatro sitios seguros como el cerro Putzalagua, el Parque Nacional Llanganates, lagunas de Sarayambo y Pansache. Estas se promocionan a través de la página Viaja primero Ecuador. “Continuaremos potenciando para recuperar el flujo turístico”.

La mayoría de los visitantes son de Estados Unidos, México y Chile. También, arriban de Latacunga, Ambato, Quito y otras ciudades del país. Aunque no impulsan promociones para este nuevo feriado, esperan que lleguen los turistas.

A pocos kilómetros de allí está la hostería Hacienda San Agustín de Callo. Pese a que no está en una zona de alto riesgo sus propietarios la cerraron por seguridad y fue reabierta el 1 de marzo. Ofrecen pesca deportiva, cabalgatas, paseos o mirar al volcán Cotopaxi, entre otras actividades.

El administrador Patricio Jiménez, dice que la actividad del volcán Cotopaxi se mantiene en moderada con tendencia a la baja, por eso decidieron reabrir el servicio. Trabajan con cinco de las 15 agencias de turismo habituales. En los 18 días de apertura recibieron a más de 200 visitantes extranjeros.

“No hemos realizado promociones por Semana Santa. Solo estamos en la página web. Esperamos que los clientes nuevamente empiecen a llegar y se reactive el sector hoteleros y turístico de Latacunga en su totalidad”.

Suplementos digitales