Dos casas de ladrillo se desplomaron y otras tres quedaron cuarteadas, en el sur de Cuenca.
En un terreno aledaño, con maquinaria pesada, se socavaba y extraía tierra para dos pisos subterráneos.
Rommel Urgilés, uno de los afectados, dijo que se usó dinamita para remover la tierra. Allí se pretende construir un edificio de ocho pisos. Los vecinos están preocupados por la ejecución de la obra.