Redacción Cuenca
Cinco familias cuencanas se llevaron un gran susto cuando dos de las cinco viviendas de hormigón colindantes a un terreno donde se pretendía levantar un edificio se desplomaron. El estruendo de las paredes cuarteándose les dio tiempo a los ocupantes a que abandonaran las casas.
Ocurrió a eso de las 09:40 de hoy, en la calle Los Naranjos y avenida Tres de Noviembre, sector El Batán. Desde hace más de un mes, la Constructora Malo Corral, con maquinaria pesada, socavaba y extraía la tierra para los dos pisos subterráneos.
Según los diseños y permisos otorgados por el Municipio de Cuenca, el edificio tendría otros seis pisos habitables. Según Romel Urgilés, propietario de uno de los inmuebles que se cayó, todos los vecinos alertaron al constructor sobre el cuarteamiento que empezaron a evidenciar las viviendas.
Según Urgilés y su vecina Julieta Jaramillo, hasta utilizaron dinamita para remover la tierra. Por eso, los pilares de las casas colindantes se habían socavado hasta quedar literalmente en el aire. Entonces, hoy Urgilés denunció este hecho ante la Fiscalía de Azuay, en Cuenca.
Al momento de la emergencia unos 15 obreros trabajaban y junto a la obra, los 30 niños de una guardería colindante estaban en plena actividad escolar. Todos fueron evacuados de forma inmediata como lo dispuso el Cuerpo de Bomberos lo que evitó una tragedia.
Hoy, técnicos y arquitectos del Municipio inspeccionaron la zona y constataron que no se trató de una falla geológica sino de los efectos causados por la misma obra en construcción. En la tarde de hoy el Fiscal Cuarto iba a ser el reconocimiento del lugar.
Aparte, dos peritos (de la constructora y por los afectados) y estructuralistas debían levantar un informe para evaluar los datos. Según Urgilés su vivienda está evaluada en sobre USD 200 000. Él cuenta que hace pocos meses terminó la reconstrucción de su amplia vivienda de hormigón.
Según cálculos iniciales el perjuicio superaría el USD millón de dólares porque las otras tres viviendas cuarteadas de las familias Moscoso y Escudero tienen sus estructuras en el aire y requieren de una reconstrucción integral. Los trabajos en la obra se suspendieron.
En cada vivienda habitaba un promedio de siete personas que están impedidas de ingresar por la fragilidad de los terrenos y el peligro que corren sus vidas. El área afectada fue acordonada y permanece en vigilancia policial para evitar los saqueos.