25 viviendas afectadas y 11 familias evacuadas deja el aluvión del Pinar Alto; vecinos trabajan para remover el lodo
El material lodoso del aluvión descendió desde la quebrada Pichincha, en las faldas de esa elevación del noroccidente de Quito. Foto: Vicente Costales/ EL COMERCIO
En medio de un llanto desesperado, el más joven de la familia Romero Carvajal corre por el parque del Pinar y pide ayuda para sacar el lodo que cubrió por completo el parqueadero del subsuelo de su casa. Efectivos de la Policía Nacional tomaron baldes y formaron una fila para colaborar.
Más arriba de este sector, la situación es aún más dramática. Sin embargo, el apoyo comunitario es clave y los vecinos cuyas casas se salvaron del río de lodo y materiales que bajó la tarde del viernes 22 de marzo, por las laderas del Pichincha, ayudan a aquellos que quedaron más vulnerables.
Con palas y baldes en mano, la mañana de este sábado 23 de marzo del 2019, sacan el lodo de las viviendas del barrio Osorio, sector del Pinar Alto, noroccidente de Quito. No hubo víctimas, pero sí daños materiales.
Entre el material espeso prácticamente quedaron sus vidas. Ya no hay ropa, ni cosas materiales, “pero nosotros estamos con vida, gracias a Dios”, aseguran los moradores del barrio que fue sacudido por el aluvión producido por causas naturales, como confirmó la mañana de este sábado el alcalde Mauricio Rodas.
Él y el vicepresidente Otto Sonnenholzner subieron hasta la zona más afectada para verificar el estado de las viviendas que colapsaron y los autos que quedaron atrapados en un lago de lodo.
Otros predios en la zona afectada están rodeados de lodo en calles, aceras y muros. En distintos puntos, los moradores intentaron movilizarse, pero no lo lograron por los “ríos de lodo” que se formaron en la calle Manuel Valdivieso y sus alrededores. Cuando las personas ven un auto, piden ayuda para bajar hasta el parque principal, donde la situación es menos dramática que en el barrio Osorio.
Con palas y escobas los vecinos de este sector sacan el lodo de los patios y lo retiran de las aceras para poder transitar con mayor facilidad. Pero hundirse en el fango es casi seguro en aquellas zonas donde todavía el material llega hasta las rodillas.
Hoy amanecimos así, no podemos salir de las casas, nos han pedido evitemos utilizar los autos para poder realizar labores de limpieza. El Municipio trabajó toda la noche. Ayer no tuvimos luz desde las 16h00 hasta la 1h00 de la mañana. Preocupa que vuelva a llover 😔 pic.twitter.com/hkR3DtzNkX
— Sybel Martinez (@sybelmartinez) 23 de marzo de 2019
En el momento del aluvión, Franklin Chiluisa ayudó a uno de sus vecinos a rescatar su automóvil que estaba parqueado en la calle por donde bajó una “ola de lodo”.
Alcanzaron a guardar el automotor en un garaje mientras vieron cómo otros carros eran llevados por el aluvión hasta estrellarse en una pared que cayó por la fuerza. Allí se formó el lago de lodo donde flotan varios vehículos.
Algunos miembros de la familia Basan se fueron al albergue de La Y, dispuesto por el Municipio de Quito. Otros se quedaron a sacar el lodo que llega casi hasta el techo de una de las viviendas de la familia. De la otra solo quedan palos y tablas flotando sobre el lodo.
Mauricio Rodas dijo que hay 25 viviendas afectadas y 11 familias evacuadas. De ellas cinco permanecen en albergues municipales y las demás decidieron regresar a sus viviendas, mientras que otros permanecen en casas de familiares.
En toda la zona hay alrededor de 1 000 efectivos trabajando en labores de limpieza, con ayuda de los moradores. El Burgomaestre indicó que la prioridad es precautelar la seguridad de las personas.
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