Vitaminas previenen anemia y desnutrición

Natasha Giler, pediatra del Hospital Andrade Marín, atiende a Carlos. Él tomó vitaminas hasta los 5 años. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Natasha Giler, pediatra del Hospital Andrade Marín, atiende a Carlos. Él tomó vitaminas hasta los 5 años. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

Diana Granda atiende a Martín, de casi 2 años. Él recibe hierro y otras vitaminas. Foto: Roberto Peñafiel/ EL COMERCIO

A sus casi 2 años, Martín ha enfrentado enfermedades infecciosas y estuvo propenso a sufrir anemia. A su madre, Verónica Granda, le preocupaba que su hijo no tuviera “suficientes defensas”, por lo que aceptó adquirir suplementos vitamínicos para completar los nutrientes que le faltaban.

Las vitaminas son micronutrientes útiles dentro del proceso de crecimiento del niño. Están presentes en todos los alimentos. Por ejemplo, la vitamina A se encuentra en hortalizas, frutas y verduras. Mientras que el hierro está en carnes rojas y frutos secos.

También hay suplementos vitamínicos que son productos que se recetan cuando el niño lo necesita. A Martín, su pediatra le recomendó dos tipos de suplementos: hierro y una alimentación balanceada, en la que predomine la acelga, por ejemplo. Así evitará la anemia, que podría afectar a su desarrollo físico y mental.

En Ecuador, la anemia es una patología que se registra en el 25,7% de la población de infantes menores de 5 años o en etapa preescolar, explica Alexandra Celi. Ella es especialista de la gestión interna de Promoción de Nutrición, Seguridad y Soberanía Alimentaria del Ministerio de Salud.

Esta Cartera mantiene el programa de dotación de vitaminas en sus centros de salud, para combatir enfermedades como la anemia y la malnutrición (que incluye desnutrición, obesidad y sobrepeso).

En la campaña Nutrición en el Ciclo de Vida, Desnutrición Cero se entrega hierro en polvo y tabletas de vitamina A a niños menores de 5 años.
Aunque el objetivo es prevenir el aparecimiento de estas patologías en infantes desde la etapa de la gestación hasta el preescolar. “Es más barato prevenir que curar”, dice Celi.

Natasha Giler, pediatra del Hospital Andrade Marín, atiende a Carlos. Él tomó vitaminas hasta los 5 años. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO

El costo de la dosis preventiva de hierro, que entrega Salud, es de USD 2,70, por niño. Mientras tanto, el precio del tratamiento curativo es de USD 5. En el caso de la vitamina A, lo preventivo cuesta 3,18.

El Gobierno destina USD 1,2 millones anuales a la adquisición de estos dos productos. El hierro se entrega a 141 723 infantes y la vitamina A llega a
393 047, según datos de Salud.

A Paola, madre de Maddy, le facilitaban estos productos en el centro de salud al que concurría en el norte de Quito. Lo retiraba luego de los chequeos médicos de su hija hasta los 5 años. “Me acostumbré a brindar vitaminas a mi hija para evitar enfermedades futuras”.

Ahora, la niña superó los 9 años y no ha tenido inconvenientes de salud; tampoco en su crecimiento. “Mi nena crece de acuerdo con su edad”.
En el sistema de salud público, la dotación de vitaminas es gratuita y desde este año se realiza un plan piloto, que consiste en un seguimiento más personalizado a los niños que se atienden en los centros de salud, explica Celi. “Se hará un registro nominal para dar acompañamiento a los infantes y se garantizará la dotación de vitaminas y más servicios”.

Verónica, por su parte, acude a la consulta privada con su hijo y compra los suplementos vitamínicos en farmacias. Dos veces al día da una cucharada a Martín. Hasta ahora “sí veo resultados positivos”.

Hoy, el niño ya no presenta signos de anemia y su crecimiento es óptimo. Esto se debe a los suplementos vitamínicos, pero lo más importante es la alimentación. Lo reconoce la doctora Diana Granda, quien es pediatra en el Hospital Metropolitano, en Quito.

Granda, además, recomienda que antes de comprar un suplemento vitamínico se haga un chequeo previo. Hacer un control de niño sano, que consiste en un análisis general, de talla, peso y exámenes de laboratorio, es esencial.

Natasha Giler,
pediatra del Hospital Andrade Marín, del Seguro Social, coincide en que es necesaria una consulta médica para revisar qué deficiencias tiene el niño, para luego recetar el suplemento indicado.

En Ecuador, esto no siempre se cumple, ya que las vitaminas son de venta libre. Según un estudio de Esteban Ortiz, médico e investigador de la Universidad de las Américas (UDLA), 52% de vitaminas no necesita receta; aunque en el país más del 75% de los productos que sí requieren de ella se oferta sin problemas.

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