Virgilio Hernández es presidente de la Comisión de Régimen Económico de la Asamblea Nacional. Foto: Julio Estrella / El Comercio
Usted preside la Comisión que va a tratar la ley de herencias. El jueves se reunió con el Presidente. ¿Cuáles fueron los resultados?
No es un proceso extraordinario. Generalmente, cuando los procesos políticos son empujados desde el movimiento País, se procesan colectivamente y cuando hay temas que son polémicos se hacen reuniones con el Presidente. En ese sentido, estamos trabajando con él las dos leyes que anunció: herencias y plusvalía. Vale decir que el tema de las herencias no es nuevo. Ahora tenemos una ley que se modificó ya en la Constituyente y tiene que ser revisada. La Constitución dice que solo el Presidente puede enviar proyectos que tienen que ver con materia económica, tributaria y de división políti-co-administrativa.
¿Cuál es el sentido de esta reforma?
La base conceptual que justifica cualquier tributo a la herencia es que cualquier proceso de acumulación no solo demanda el esfuerzo individual de quien genere ese capital, sino que es un proceso social. Cuando se provoca la herencia, tienen derechos no solo los herederos legítimos sino la sociedad.
Cuando pensaron esta ley, seguramente se fijaron en cuánto ingresará a las arcas fiscales…
En este país los ricos no heredan. Esto es infame. En el 2013 este impuesto generó USD 8 millones; en el 2104, 10 millones. ¿Qué significa esto en un presupuesto de más de 100 000 millones del PIB? 0,01%.
En el Presupuesto General, que bordea los 36 000 millones, 0,03%. Quienes dicen que esto tiene que ver con un tema fiscal están absolutamente equivocados, no conocen del tema, lo hacen de mala fe o defienden intereses. No es un tema fiscal, porque así esto se multiplique por cuatro, va a ser absolutamente mínimo en relación con el Presupuesto del Estado.
Entonces, ¿cuál es el sentido de la ley?
Los ricos trasladan acciones y fideicomisos y todas estas cosas hay que corregir…
¿Quiere decir que las herencias son un pretexto para ir hacia ese ‘no heredar’ de los ricos?
Es un tema que tenemos que corregir. Seguramente revisaremos esta tabla, pero será absolutamente redistributiva. Lo que buscan hacer estos “agentes de opinión” es que los pobres terminen defendiendo los intereses de los ricos. Ninguno de los sectores populares o medios se verán afectados.
El jueves estuve en un taller en que se evaluaba el año de gestión de Mauricio Rodas en el sur de Quito. Hubo unas 100 personas. Les pregunté cuántos recibieron una herencia superior a USD 35 000. Ninguno.
Pero, ¿cuánto cree el Estado que va a recaudar? Porque si es mínimo el ingreso por herencia, uno se pregunta por el sentido de estas modificaciones…
Hay que dejar de pensar que los impuestos tienen fines recaudatorios. También pueden perseguir resultados socialmente necesarios y deseables. En este caso, ¿qué busca cualquier sociedad democrática? El justo medio. No puede haber una sociedad democrática mientras se sigan reproduciendo los patrones patrimoniales ni que la desigualdad se siga profundizando por el traslado del capital de una familia de los padres a los hijos. Eso nos mantendría en una sociedad feudal.
¿Qué pretenden con esto?
Incentivar que el común de los ecuatorianos, la mayoría, pueda pensar que el Estado tiene que cumplir un rol redistributivo y ese poder permitirá que la mayor cantidad de ecuatorianos tenga oportunidad para la educación, la salud, la ciencia, la tecnología. Esto es fundamental.
Pero, ¿cuánto se tiene pensado recaudar?
Depende. Si solo regulas y modificas la tabla, el incremento será -así sea multiplicado por cuatro- igualmente insignificante en cuanto al presupuesto. Hay cosas más importantes. Se debe discutir cómo se regulan esos mecanismos a través de los cuales los ricos eluden su responsabilidad con el Estado y la sociedad.
¿Qué garantiza que se reducirá la desigualdad?
Este es apenas uno de los elementos con los cuales buscamos disminuir la desigualdad, como la ley de incentivos tributarios. Son mecanismos que hemos generado para construir una sociedad igualitaria.
Pero queda cierto escepticismo. Van cerca de tres meses de la reducción de salarios a los funcionarios jerárquicos para traer médicos. Por el momento, nada se sabe de ellos. Entonces, hay el derecho a pensar que es una medida recaudatoria…
Hay que mirar en conjunto. Este año de dificultades económicas se ha actuado con seriedad frente a la economía, que no es solamente un asunto técnico. (Jürgen) Habermas dice que la perversidad de la política moderna es que los hechos que son eminentemente de decisión política sean presentados como asuntos técnicos. Y con la economía pasaba eso.
El gran dogma era que la economía era un asunto técnico que beneficiaba al capital financiero. Ahora hacemos medidas diferentes a las que se había recomendado en años anteriores.
Ante dificultades económicas buscamos mantener la inversión pública y privada, por ejemplo. Y no se ha dejado de mantener la inversión pública para mantener activa la economía. Hay un cambio cultural: los que manejan la economía en el Gobierno no están vinculados al poder del capital y pueden tomar decisiones en función de los intereses del Estado.