1 500 agentes controlarán que la gente no ingrese a El Quinche

El fin de semana pasado los sacerdotes de la iglesia de El Quinche realizaron las bendiciones a los feligreses. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

El fin de semana pasado los sacerdotes de la iglesia de El Quinche realizaron las bendiciones a los feligreses. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

El fin de semana pasado los sacerdotes de la iglesia de El Quinche realizaron las bendiciones a los feligreses. Foto: Eduardo Terán / EL COMERCIO

Al caer la tarde del primer día de romería, Mónica de la Torre se alistaba para salir en procesión hacia la basílica de la Virgen de El Quinche, ubicada a 46 km de Quito. Desde hace casi dos décadas, la quiteña de 52 años mantiene esa tradición para agradecer la salud de su esposo, Jimmy Proaño, tras sufrir un coma profundo.

Otro devoto de la imagen es el manabita Jimmy Murillo. Dice que este año le hará falta la caminata que, por siete años consecutivos, realizó junto con familiares y amigos en agradecimiento a la vida, al trabajo. En esta edición del 2020 se limitará a orar en el altar que instaló en su dormitorio.

En noviembre de 2019, más de 600 000 feligreses participaron en las caminatas al Santuario. Este año, por la pandemia a consecuencia del covid-19, la fiesta religiosa se limitará a dos o tres eventos virtuales (novena y misas).

La tradicional romería, que en promedio se hace en ocho horas, está prohibida con el fin de precautelar la vida de los fieles, señala César Díaz, secretario Metropolitano de Seguridad del Municipio.

Todo porque en esos actos es imposible evitar las aglomeraciones, el caldo de cultivo para la propagación del virus, agrega el funcionario. “Preocupa que este evento sea la vía para que la parroquia de El Quinche, con una población de 20 000 personas, pierda el control de los casos positivos que hasta el momento han sido bajos: 198”.

Hay otra medida: cerrar las puertas de la iglesia y evitar que la gente vaya por su cuenta y riesgo. El templo fue construido entre 1913 y 1924 por el padre Bruning, religioso lazarista de origen alemán, quien hizo el diseño y la construcción de edificios religiosos aplicando elementos del estilo gótico, menciona Patricio Guerra, cronista de la Ciudad.

Ese cierre será durante toda la noche del viernes 13, la mañana y noche del sábado 14 y la mañana del domingo 15. El ingreso al complejo arquitectónico también estará prohibido la noche del viernes 20 y la mañana del sábado 21.

Como prevención se habilitará un puesto de mando a los pies de la basílica, con 15 puntos de control que estarán monitoreados por 34 cámaras de videovigilancia (ver mapa). El operativo arrancará mañana a las 17:00. Más de 1 500 efectivos del Cuerpo de Agentes Metropolitanos, de Tránsito, AMC, Cuerpo de Bomberos y Policía vigilarán las vías tradicionales de acceso a la parroquia.

A eso se agrega la restricción vehicular en algunas calles de El Quinche. Díaz indica que para evitar congestión, la AMT tiene previsto cerrar las vías Esmeraldas, Olmedo, Sucre, Manabí, Cuenca, Cayambe y Pichincha. La circulación vehicular solo será posible por la Carchi, Quito y la vía E35.

La AMT controlará que no haya vehículos mal estacionados; además se verificará licencia de conducir y matrícula.

Hasta ayer no se evidenció movimiento de comerciantes que, año tras año, levantan sus casetas de plásticos a lo largo de las calles principales de los barrios La Victoria e Iguiñaro y el trayecto de la E35, dice Rosa Simbaña, presidenta de la Junta Parroquial. En esos puestos se vendían alimentos y bebidas calientes a los romeriantes.

Y no hay esa avalancha porque, según Simbaña, no se han entregado permisos para el uso del espacio público. Hay otra razón: “la gente está alertada de que no se abrirán las puertas del templo y habrá controles estrictos para que los feligreses no lleguen al pueblo”.

Para evitar las aglomeraciones, la imagen original de la Virgen sobrevolará en el helicóptero de la Policía por las nueve administraciones zonales, dice el padre Javier Piarpuzán, rector de la basílica de El Quinche. Los días escogidos para ese evento son el sábado 14 y domingo 15, a partir de las 10:00. Y el encargado de acompañar a la venerada talla de cedro de 62 cm será el arzobispo Alfredo Espinoza.

Se aspira, agrega Piarpuzán, que los fieles desde sus balcones, terrazas o ventanas levanten bandera blanca. Cada sobrevuelo será de una hora; la imagen se trasladará hasta el helipuerto del santuario, ubicado a 500 m de la iglesia.

Se sumarán dos misas solemnes. La primera será el viernes 20, a las 19:00, presidida por monseñor David De la Torre, vicario episcopal. Y la segunda, el sábado 21, a las 10:30, a cargo de monseñor Espinoza y se transmitirá por Teleamazonas.

Con esas dos homilías culminará la fiesta de la Virgen y se dejará para el próximo año el recorrido que se solía hacer por el pueblo. Un evento muy esperado por los lugareños de las ocho comunas y 15 barrios para saludar a su patrona, la original de 417 años.

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