La ‘Virgen de los sin papeles’ fue homenajeada en España
Roxana Cazco
Corresponsal en Madrid
Madrid, Getafe, Valencia, Huesca, Toledo, Menorca, Villa del Prado, etc., han sido la sede, durante este fin de semana, de sendos homenajes a la Virgen de El Quinche por parte de los ecuatorianos en España.
Pero esta vez la ‘Virgen de los sin papeles’ también ha convocado a asiáticos, paraguayos, bolivianos y africanos que ven en ella una fuente de milagros.
“Muchos acuden con el pasaporte para que la Virgen les bendiga y les dé los papeles”, relata la quiteña Andrea Moreno, de 20 años y devota de la imagen desde pequeña por influencia paterna.
Moreno estudia Administración de Empresas en la Universidad Complutense y para ella la Virgen de El Quinche es “como una madre”. Acudió, al igual que unas 2 500 personas, a la parroquia San Francisco Javier, del barrio La Ventilla, en Madrid, ayer.
Allí la patrona tuvo por décimo año consecutivo su procesión, misa y fiesta. La talla de la homenajeada es una réplica de la original y recorrió las calles aledañas a la Iglesia en hombros de sus peregrinos. Le acompañaron capariches, diablos humas, bandas de pueblo y negros molecaña.
“Estaba desempleado en Quito y le pedí con todo mi corazón un buen trabajo y mi Virgencita me lo cumplió”, dice emocionado Nilo Coba, que de sus 45 años le es fiel a la Virgen desde que tiene “uso de razón”. Les ha inculcado ese cariño a sus hijas.
Lady, de 15 años, también cree que “es muy milagrosa”. Nilo le atribuye a la Virgen el hecho de que él aun tenga empleo en “medio de esta crisis”. “Yo les digo a mis amigos que no tienen papeles, que le pidan con fe a mi Reina y que seguro ella se los da”.
Así fue como dio su testimonio, con el mismo entusiasmo que él asegura que no ha decaído, este quiteño que caminó durante siete años desde Quito hasta El Quinche cada 21 de noviembre.
“La Virgen también vino sin papeles ni permisos. Por eso, muchas personas que no tienen documentación se encomiendan a ella. Por eso la llamamos ‘La Madre de los sin papeles”, dice Daniel Uzuzquiza, sacerdote de la parroquia y personaje reconocido por ayudar a todos los inmigrantes irregulares. “Si uno se toma en serio el Evangelio, que significa construir una sociedad en base al sueño de Dios, sin injusticias y donde todos cabemos, debemos estar con aquellos inmigrantes que sufren discriminación, encerramiento, desempleo y dificultades para acceder a una vivienda”, dice Uzuzquiza.
Durante la procesión resaltaban los rostros de chinos, africanos, españoles, bolivianos y otros que han hecho a la Virgen de El Quinche también suya.
Mientras tanto, al santuario de Torreciudad en Huesca, en la comunidad de Aragón, acudieron unas 5 000 personas.
“Me quedo con la estampa de un padre cargando a su hijo para que este le dé un beso a la Virgen de El Quinche. Es un ejemplo de transmisión de fe, de unión familiar y de amor”, dice José Arregui, miembro del santuario.