Los feligreses siguieron la vigilia desde las carpas que ellos instalaron frente al templete. Foto: Andrés Jaramillo/ EL COMERCIO
Los jóvenes fueron protagonistas. Subieron al templete que se instaló para la misa del papa Francisco y animaron a los cientos de feligreses que llegaron al parque Bicentenario para participar en la vigilia de este 6 de julio del 2015.
Contaron sus experiencias de vida; íntimas y crudas. Como la del joven que estuvo a punto de devolverle los maltratos que le daba su padrastro cuando su madre formó un nuevo hogar. O la del adolescente que vio en su enfermedad grave un pretexto para dejar de vivir.
Al final, ambos encontraron a Dios a través de diferentes caminos. Grupos juveniles, orientadores católicos, espacios de la pastoral que les dieron razones para sentirse en gracia. Los micrófonos se abrieron para todas las personas que quisieron compartir sus historias de fe.
Los feligreses siguieron la vigilia desde las carpas que ellos instalaron frente al templete. Hacia las 22:00 había cientos de aquellas, de todos los colores. Algunas con velas encendidas a un costado y figuras de la Virgen Maria, Jesús y también del papa Francisco.
Los cánticos de los grupos juveniles de diferentes parroquias animaron a las personas que llegaron de varias provincias y también de otros países como Colombia, Perú y Argentina. Estaba previsto que la vigilia se prolongue hasta la madrugada y que a las 05:00 se de un acto religioso previo a la llegada de Francisco, el más esperado.