Los uniformados recorren las montañas de El Cielito en los sitios en donde mineros informales abrieron bocaminas. Foto: Álvaro Pineda / para EL COMERCIO
Una patrulla de 20 militares recorre las empinadas montañas de El Cielito, un pequeño caserío del Carchi. Todos están armados con fusiles.
Tienen la orden de evitar el ingreso de personas que buscan extraer oro de manera ilegal. El lugar está concesionado a una empresa extranjera, pero hace ocho días unas 80 personas, la mayoría de otras provincias y hasta ciudadanos de otros países, se concentraron en Palermo, en la entrada a esta comuna, e intentaron ingresar.
Las alertas de que esto podía suceder se encendieron luego de que los mineros de Buenos Aires, en Imbabura, dejaron los yacimientos en medio de las operaciones ejecutadas por la fuerza pública.
De hecho, la Gobernación de Carchi sabe que a inicios de julio, cuando policías y militares incursionaron masivamente en esa pequeña parroquia, un grupo ya intentó entrar en las montañas de El Cielito.
Sin embargo, los uniformados les cerraron el paso. Dos personas están procesadas en la Unidad Judicial de Mira, pues en su poder se encontraron armas de fuego.
Por eso, los soldados reforzaron la vigilancia no solo en ese sitio, sino también en Monte Olivo, otra zona carchense, también vigilada para evitar la llegada de los informales.
El viernes 19 de julio del 2019, EL COMERCIO llegó a El Cielito, ubicado en una montaña cubierta por árboles de chanul, plátano y balsa y constató las operaciones de seguridad que se ejecutan.
El lodo amarillento de esta zona subtropical cubre parte de las botas de los soldados, que caminan en medio de la tupida vegetación selvática.
Los mineros informales han intentado tomarse esta zona desde el 2016. De hecho, en tres frentes de la montaña hay bocaminas sostenidas con maderos, para evitar que se derrumben las paredes. Los orificios fueron abiertos, con pico y pala, por trabajadores ecuatorianos y extranjeros, que buscaban ilegalmente el oro.
Ahora, esas minas tienen números, que fueron pintados por funcionarios de la empresa que tiene la concesión.
Un vecino cuenta que en el sector han visto oleadas de gente que ha llegado cada cierto tiempo, luego de que se descubriera una veta.
En febrero del 2017 fue desalojado un grupo de al menos 500 personas que intentaban extraer material mineralizado.
“El oro es una maldición. Cuando llegó gente de afuera ni a los dueños de los terrenos en donde están las minas les permitían el paso. No tenemos paz, porque hay extraños merodeando”, dice un poblador.
El viernes también ingresó un nuevo grupo de militares a Monte Olivo. Esta parroquia está blindada desde abril pasado. Allí, los vecinos que rechazan todo tipo de actividad minera se mantienen en alerta.
Los soldados permanecen cerca a las minas en turnos de 21 días. Vigilan de día y de noche. Uno de ellos dice que sí aparecen mineros, pero que se escabullen por la montaña.
En el sector de El Morán, cantón Espejo, en cambio, se retiró la vigilancia. Aunque se hallaron túneles abiertos por mineros ilegales, se descartó la presencia de material mineralizado. Esta información fue confirmada por el gobernador del Carchi, Edim Moreno.
Dentro de las operaciones contra la minería ilegal, agentes de la Policía además realizan controles migratorios.
Recorren Guallupe, El Limonal y Luz de América, de la parroquia La Carolina, en Ibarra. Escogieron esos sitios, porque están cerca a las zonas mineras de El Cielito y Buenos Aires.
El jueves, personal policial descubrió un cargamento de 6 000 municiones para armas de fuego, precisamente en Ibarra. La ministra del Interior, María Paula Romo, asegura que los detenidos tendrían nexos con quienes proveían “a los ilegales de Buenos Aires”.
En contexto
En febrero del 2017, personas de Lita (Imbabura), San Lorenzo (Esmeraldas), Zaruma (El Oro), Ponce Enríquez (Azuay) llegaron a El Cielito y comenzaron a extraer material mineralizado, pero la fuerza pública los desalojó. Esa zona está vigilada por militares.