Monigotes gigantes en Guayaquil. Foto: EL COMERCIO
Si bien la tradición es quemar los años viejos a las 00:00 del 1 de enero, los monigotes gigantes del suburbio se mantendrán en pie por lo menos quince días más.
Estas enormes obras de arte hechas con madera, caña, cartón, papel, sobrevivirán para aún ser un atractivo turístico en el suburbio oeste de Guayaquil. Lo que sí acontecerá esta medianoche es que alrededor de ellos se organizarán fiestas para recibir el año nuevo.
La tradición en esta populosa zona del Puerto Principal es mantener “vivos” a los viejos para luego, en fiestas barriales proceder a su quema a la espera que no se presenten lluvias y los deterioren.
Son alrededor de 40 los monigotes que convirtieron, una vez mas, al Suburbio en una tierra de gigantes con una gran presencia de turistas locales, nacionales e incluso extranjeros.
Tal es la dimensión que ha alcanzado estos trabajos artísticos, elaborados por grupos de vecinos en su mayoría jóvenes, que para el 2016 el Municipio de Guayaquil, a través de la Empresa de Turismo y Promoción Cívica, establecerá una Ruta de los Monigotes Gigantes.
Hay trabajos que ya tienen fecha para ser quemados. A la medianoche del viernes 8 de enero está programada la quema de Arnold, en Capitán Nájera entre la 16 y la 17; Bardock en Capitán Nájera y la 16; Topo Gigio en la 25 y Maldonado.
La mayoría será incinerado el sábado 9. Entre ellos el hombre Lobo, de la Octava y Ayacucho; Freezer, de Ayacucho y la 14; Pinky y Cerebro, de la 16 y Huancavilca; Porunga, de la 15 y Huancavilca; Bills de Dragon Ball Z, de Capitán Nájera y la 15; Juubi, de la Décima y Domingo Savio; Superman, de la 32 y Venezuela; Medusa, de Capitán Nájera y Leonidas Plaza…
El 10 de enero será quemado Johnny Bravo y Alvin en la 30 y Venezuela; y el 16 de enero el Ironman de la 13 y Capitán Nájera.
El resto de grupos que trabajaron los otros años viejos está definiendo la fecha de la quema, e incluso si deciden desbaratarlos y donar los materiales a quienes lo necesiten para mejorar las condiciones de sus viviendas.
El proceso de quema de estos monigotes, por sus características (van desde los 4 hasta los 11 metros) debe ser coordinado con el Benemérito Cuerpo de Bomberos de Guayaquil, que dispone de personal y equipos para precautelar cualquier accidente que se pudiera presentar.
Hasta tanto, los ciudadanos tendrán algunos días para seguir visitando los monigotes y tomarse fotografías.