Decir que para Felipe Luzuriaga todo gira alrededor de la música no es lo más exacto. Más pertinente sería decir que la música es su vida.
Su día comienza muy temprano. A las 06:00 se despega de los sueños, y se alista para comenzar a estudiar de 07:00 a 08:30. En seguida, debe trasladarse a los ensayos con la Orquesta Filarmónica del Ecuador. Después se dedica a compartir sus conocimientos, en las clases de violín y también enseña música de cámara. En la tarde, ensaya con la Orquesta Sinfónica Infantil, que se formó hace un año y de la que es director. Bajo su batuta y con su tutela en las clases,
“Es emocionante ver cómo se impacta la vida de niños y jóvenes a través de la música, sobre todo cuando llegas a quienes no tienen acceso a este arte”.Felipe intenta replicar las enseñanza que ha recibido dentro y fuera del país, a lo largo de su carrera que comenzó cuando tenía apenas 8 años. “Mis papás me preguntaron si quería entrar al Conservatorio Nacional y yo accedí, aunque no sabía ni lo que era”, comenta Felipe. Más adelante se convirtió en miembro fundador de la Orquesta Sinfónica Juvenil del Ecuador y también se desempeñó como Concertino.
“Es uno de los pioneros y uno de los líderes de un importantísimo movimiento educativo y de inclusión social para niños y jóvenes. Además de ser un músico extraordinario, es una persona muy entregada y leal.
Sobre todo, es muy placentero ver cómo Felipe no para de crecer como ser humano, como músico y artista, y sigue siendo un ejemplo para niños y jóvenes”, afirma el maestro Patricio Aizaga, director de la Fundación Orquesta Sinfónica Juvenil (Fosje) y de la Orquesta Filarmónica del Ecuador, de la que actualmente Felipe es Concertino.
Aunque al iniciar sus estudios superiores se matriculó en la carrera de Ingeniería de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ), al cabo de un año obtuvo una beca y viajó a estudiar violín y música en la Universidad de San Diego, en California. A su regreso terminó sus estudios en música, en la USFQ, y más tarde realizó un posgrado en el Conservatorio de Boston.
Además de estudiar en instancias tan relevantes como el Festival de Aspen y recibir clases de importantes figuras internacionales -recientemente viajó a Nueva York, para recibir clases magistrales en la prestigiosa Juilliard School-, ha representado al país actuando bajo la batuta de afamados maestros como Gustavo Dudamel, Director de la Orquesta Filarmónica de Los Ángeles y de la Orquesta Sinfónica de la Juventud Venezolana Simón Bolívar.
Además fue concertino y solista de la Orquesta Cívica de Boston y es miembro también de la Orquesta Juvenil de las Américas, con la que realizó una gira por todo el continente.
Su vasta experiencia la comparte con sus alumnos. Así lo expresa Daniel Villacrés (20 años): “Como profesor es detallista, exigente y minucioso. Además, se preocupa por el avance técnico, personal y moral de sus alumnos”, con esto concuerda Daniel Flores (12 años):
“Lo considero más que un profesor un maestro, porque me ha enseñado muchas lecciones más allá de lo musical”. Y es que Felipe tiene la convicción de que a través de la música se transforman positivamente las vidas y esto lo pone en práctica en la enseñanza y también en los conciertos.
Después de haber alcanzado tantos logros, ¿qué queda? “Cada vez se abren más perspectivas, me siento muy bendecido”, dice Felipe y comenta que sigue emprendiendo nuevos proyectos que incluyen la composición y la interpretación como solista, como ya lo ha realizado nacional e internacionalmente.