Luego de un matrimonio poco afortunado, tomó a sus hijos y se marchó.
Cuando empezó no sabía nada del oficio, pero en el circo aprendió a caminar en la cuerda floja y hasta trabajó como payaso en varias funciones. Hoy administra el World Circus, con el cual ha visitado Ecuador, Colombia, Venezuela y Perú.
En varias de las giras, Vega pasaba por Santo Domingo, donde vivían sus sobrinos Manuel Jesús, Cecilia y Darío Acosta Añasco, quienes la visitaban en cada ocasión.
Hace 13 años, cuando el padre de los chicos murió, Vega le pidió a su hermana que se los dejara llevar al circo. Con su buen ojo descubrió que Manuel era fuerte y servía para ser trapecista, que Cecilia “doblaba bien” y servía para contorsionista y que Darío era multifacético: servía de payaso a trapecista.
Vega dice que en el país hay 32 circos, la mayoría en la Costa, por el costo que representa llegar a la Sierra. Su sueño es que los municipios cobren impuestos más bajos, para que los circos pueden visitar más lugares.