Redacción Manta
Otro cierre de la vía Rocafuerte-Portoviejo, a la altura del Sosote, puso en alerta a las autoridades de Manabí.
Los vecinos de la zona protagonizaron el último bloqueo el pasado lunes. Ellos exigen que se retomen los trabajos de ampliación de dos a cuatro carriles.
Los habitantes de las comunidades Mejía, Cruz Verde, Tierras Amarillas y Sosote ya no soportan más las nubes de polvo que dejan a su paso los automotores que circulan por este sector.
José Alarcón es uno de los afectados por la acumulación de polvo. Vive a un costado de la vía.
“El nuevo proyecto de ampliación cercenó mi terreno. Ahora, mi casa quedó al ras de la carretera y cuando pasan los vehículos, a cualquier hora del día, levantan polvo”, explicó Alarcón.
Los niños y adultos mayores presentan problemas respiratorios, comenta Fabiola Cedeño, moradora del sector Tierras Amarillas.
Luego del cierre de la carretera, los protestantes dialogaron con autoridades de Corpecuador y de la Gobernación.
Ramón Vélez, presidente de la comunidad de Mejía, comentó que uno de los pedidos de los habitantes de los cinco sitios era el inmediato reinicio de los trabajos. “Aceptaron nuestra petición”.
Ayer, tres máquinas compactaban el material en la vía. Desde el reservorio de un tanquero, un obrero abría una llave y dejaba caer el agua en la carretera. Era una medida urgente para evitar el polvo en el sector.
Desde Mejía hasta Cruz Verde, en un tramo de 7,5 kilómetros, se concentra el mayor problema. Allí, los moradores tienen negocios de venta de comida criolla, agua de coco, artesanías de tagua, barro y de vehículos. Todos los propietarios dicen que el polvo afecta a sus ventas.
“Creo que el tránsito se ha reducido en un 50%. Este es un paso para quienes llegan a Portoviejo y van hacia el norte de la provincia”, comenta Manuel Mendoza, dueño de un quiosco de venta de agua de coco. “Hay conductores que se desvían por la carretera Manta-Rocafuerte”, dice.
Otros vecinos como José Alcívar dicen no confiar en las promesas de las autoridades. “Así mismo fue hace un mes. Cerramos la vía, enviaron por dos días tanqueros para que arrojen agua y todo terminó allí”, señala.
Sin embargo, los moradores de estos poblados dicen que si no hay una solución definitiva volverán a cerrar la carretera y esta vez será de manera indefinida. Trascendió que lo harán cuando no haya maquinaria.
La situación de la vía
José Vélez, representante de la compañía Cociasa, comenta que mientras Corpecuador no les cancele las planillas 28,29 y 30 la obra seguirá paralizada.
La obra que empezó con un precio referencial de USD 7,4 millones, hace más de un año, hoy llega a los USD 11,5 millones
Desde hace 30 días, los moradores habilitaron rompevelocidades de tierra. El propósito es que los conductores disminuyan la velocidad y no levanten polvo.