Verónica Ochoa, la reina que cautiva con su guitarra
Redacción Cuenca
La cuencana Verónica Ochoa sabe qué es ser maestra de español. Cuando participó en el concurso Miss Tierra, en Filipinas (2007), usó el bus como aula para enseñar a varias de las 90 participantes la letra de La Bamba.
SU Lugar. La playa o cualquier sitio donde pueda estar en contacto con la naturaleza.
SU RECETA. Todos estamos en el mundo por algo y debemos descubrir nuestra misión.
SU FILOSOFÍA. Los sueños hay que vivirlos despiertos. La misión es cumplirlosCon ese tema se presentó en el concurso de talento. Ochoa llevaba su guitarra a donde fuera el grupo. Gracias a ello, luego de tres semanas de recorridos y visitas, las participantes de China, Filipinas, India… ya podían cantar La Bamba en un trabado español.
Ochoa aprovechó su habilidad y la popularidad del tema y así consiguió el segundo lugar en el concurso de talentos de ese certamen.
Lo que las candidatas ignoraban, como la mayoría de sus amigos, es que Verónica Ochoa Crespo aprendió guitarra cuando tenía6 años.
Su madre, Sandra Crespo, recuerda que por el interés que tenía compraron una guitarra a medida. Sus dedos eran muy pequeños para entonar las notas.
Pero a más de interés tenía apuro, quería tocar los boleros y pasillos que tocaba su abuelo Rafael Crespo en las reuniones familiares. Por eso no pudo resistir las clases en el conservatorio de música José María Rodríguez, de Cuenca.
Ella aprendió de su abuelo y de su profesor de música en la escuela Sagrados Corazones, René Duque. Fue una época intensa, a más de cantar en familia se unió a un grupo escolar de villancicos.
Este grupo le dio sus primeras apariciones públicas, pues grabaron un casete y un video en el que Ochoa cantaba vistiendo un atuendo de Virgen María y llevaba en sus brazos un Niño Jesús.
Carlo Magno García, director del Festival Internacional de Guitarra Clásica, no se sorprende del apego de Ochoa por la música, “toda su familia toca la guitarra y canta, debe ser algo genético”.
Ahora, la azuaya, de 24 años, enseña a los guitarristas de esa escuela desenvolvimiento escénico.
Ochoa, a más de foguearse sobre la pasarela como Reina de Cuenca, concurso que ganó en 2006, participando en la edición 2007 de Miss Ecuador o en cuatro certámenes internacionales, es una guitarrista y cantante sin miedo escénico, formada en paseos familiares, reuniones de amigos, fogatas, noches de karaoke…
Para ella, la guitarra le permite liberarse de tensiones y meditar. Toca donde tenga ganas, en familia, con amigos, con su hermano, sola en su habitación… Por eso en su casa hay tres guitarras clásicas.
Ella canta para divertirse, por eso no aguantó más de seis meses en el Conservatorio. Además, no le interesa demasiado pulir con técnicas su voz. Lo que sí le interesa es cantar en una reunión, por lo menos una vez al mes.
Su novio, Juan David Wilchez dice que casi no hay reunión familiar de los Ochoa que no termine en una “guitarreada”. La razón es que no solo Verónica es la artista, sino que los tíos, primos y su hermano Fausto también lo hacen.
Wilchez fue amigo de Verónica Ochoa desde hace 10 años, pero hace cinco descubrió que su actual novia tocaba la guitarra. Fue en un paseo de amigos en el que ella hacía las veces de representante de las mujeres del grupo.
Esa realidad no es extraña. Una de sus mejores amigas, Victoria Arbeláez, apenas descubrió las dotes de Ochoa hace un año y medio, aunque antes sí tenía referencias de su voz en noches de karaoke entre amigos. Arbeláez está convencida que su amiga podría explotar mejor su habilidad.
Ochoa no tiene planes inmediatos en torno a la música, ni siquiera ha considerado la posibilidad. Su interés es solo de esparcimiento, lo es al punto que ni siquiera sabe los títulos de los boleros o pasillos que entona.
“Mmm… Me gusta tocar boleros de Los Panchos, algunos pasillos y música más moderna tipo Shakira”, asegura Ochoa.