El socialismo cree que es el dueño de todo, inclusive de la naturaleza, de los incendios de los bomberos y de la población. Los incendios son cíclicos. Viene el verano y viene la sequía. La vegetación se seca y se hace una chamiza propicia para los incendios. Se debe aprender a luchar contra los elementos de la naturaleza; la vida nunca es fácil, es difícil, la comodidad se la paga, la pereza se la paga. Cada año se debe educar a la población y prever los sucesos que la naturaleza nos envía siempre como retos, para que no seamos vagos y seamos solidarios. No es cierto que se deba pedir a otros países que vengan personas especializadas en incendios, no, peor venezolanos. Antes se hacían rogativas para que llueva. La Iglesia Católica ya lo pidió, que sea en cada barrio, que se unan, que trabajen juntos, que no esperen a que el gobierno haga todo, peor un gobierno “socialista”. Antes los moradores de cada barrio sabían el normal desarrollo de cada estación del año en los lugares de vivienda y se defendían oportunamente. Ahora, que hay tanta tecnología no saben qué hacer y mueren los bomberos. Qué tristeza, trabajemos mejor, trabajemos juntos y miremos a la naturaleza como amiga, como la que nos da de comer y que los bosques son necesarios, pero que no son del Estado, son de cada ser humano de nuestro país: necesarios, como el aire que respiramos y que hay que cuidarlos.
Son 60 años que veo incendiarse los bosques en el Valle de Tumbaco, sin faltar uno. Llueve y todo reverdece y se hace precioso, viene la primavera.