Redacción Esmeraldas
Enzo, Josué y Kevin, tres niños del barrio Las Palmas (Esmeraldas), disfrutaron el feriado pasado sin usar camaretas ni petardos, como lo hacían antes. “Nos gustaba jugar con explosivos, pero ahora no porque nos explicaron que son peligrosos”, contó Josué, de 10 años.
José Vivero, jefe del Cuerpo de Bomberos de Esmeraldas, señala que la campaña contra el uso de petardos y camaretas, que se desarrolla en la provincia, está dando resultados. “En la Navidad no hubo incidentes por el uso de estos materiales. Esperemos que en las fiestas de fin de año tampoco”.
Según Vivero, los operativos de control también contribuyeron para que la ciudadanía no use explosivos ni petardos. La vigilancia estuvo a cargo de un equipo de investigación, que se conformó el mes pasado con personal del Cuerpo de Bomberos, de las Fuerzas Armadas, la Policía y la Fiscalía.
Este grupo también dictó charlas para concienciar a los comerciantes y moradores. Ahí explicaron sobre las secuelas, como quemaduras, envenenamiento y hasta el desprendimiento de órganos, que pueden producir los explosivos.
“Hasta el momento no se han reportado incidentes por esta causa. Tampoco se confiscaron explosivos, porque prácticamente no hubo”, asegura Fausto Tamayo, comandante de Policía de Esmeraldas.
La venta de estos materiales también se ha reducido en las calles. En años anteriores, se comercializaban libremente petardos, camaretas, tumbacasas, fosforitos, diablitos, estrellitas, mariposas, fuegos artificiales, chifladores…, recuerda Fabián Loor, vendedor ambulante.
Señala que los anuncios de que se iban a confiscar los explosivos les hizo pensar dos veces antes de ofertar estos productos. Según Loor, ese material llega de Colombia.