Venezuela puede sacar ventaja de una dolarización

Este sistema monetario es una de las escasas alternativas para alcanzar rápidamente, al menos, estabilidad macroeconómica. La dolarización informal en este país ya supera el 90%.

Este sistema monetario es una de las escasas alternativas para alcanzar rápidamente, al menos, estabilidad macroeconómica. La dolarización informal en este país ya supera el 90%.

Este sistema monetario es una de las escasas alternativas para alcanzar rápidamente, al menos, estabilidad macroeconómica. La dolarización informal en este país ya supera el 90%. Foto: EL COMERCIO

Las continuas crisis y recesiones que han debido soportar varios países, agravadas por desórdenes monetarios, cambiarios y fiscales, han planteado la posibilidad de instaurar la dolarización oficial como un sistema de control de las variables macroeconómicas.

Este sistema ha sido considerado como alternativa para alcanzar la estabilidad y la reactivación del crecimiento. Probablemente, la dolarización constituya la mayor reforma monetaria que deba hacer una nación; es la sustitución de la moneda local por el dólar estadounidense como reserva de valor, unidad de cuenta y como medio de pago y de cambio.

Para el caso específico de Venezuela, con niveles de inflación de cuatro dígitos; total volatilidad cambiaria y varias cotizaciones del dólar tanto en el sector oficial como en el mercado; caídas permanentes de la inversión, la producción y el empleo; desorden absoluto en las políticas monetaria, cambiaria y fiscal, permanente empobrecimiento y expulsión de la población y deterioro violento de las condiciones de vida, la dolarización oficial se convierte en una de las escasas alternativas mediante la cual este país puede alcanzar rápidamente, al menos, estabilidad macroeconómica.

Por lo demás, Venezuela ya vive una dolarización informal que supera el 90% de los usos del dinero. En efecto, los escasos ahorros están en dólares a fin de evitar su inmediato deterioro por la devaluación, no diaria, sino en cuestión de horas, del llamado bolívar fuerte, la actual moneda.

Esto significa que para proteger sus activos monetarios y por racionalidad económica, los ciudadanos los colocan en dólares. Según cálculos no oficiales, pues no existen cifras del Banco Central al respecto, la reserva de valor es el dólar en cerca del 100%.

Igual cosa pasa con los precios. Salvo aquella canasta de sobrevivencia limitadamente entregada por el Gobierno Bolivariano, que implica varias horas y hasta días de colas, todos los demás productos están cotizados o tienen su precio en dólares y su pago se exige en la moneda estadounidense. De manera que la unidad de cuenta y el medio de pago en Venezuela es el dólar para los productos de fuera de la mencionada canasta mínima de sobrevivencia. Ciertamente muy pocos bienes y servicios se transan en bolívares.

Pero, a más de confirmar lo que en la realidad ya ocurre, esto es, oficializar la dolarización que informalmente ya ha decidido la población, la dolarización oficial provocaría en Venezuela efectos extremadamente positivos de manera inmediata, como los que ocurrieron en el Ecuador con la implementación de este sistema monetario hace ya 17 años. Estos serían los siguientes:

1. Extinción del riesgo cambiario, esto es, de la devaluación constante del bolívar fuerte y la desaparición del mercado especulativo de divisas, el cual ha provocado que el tipo de cambio varíe en cuestión de horas y, en ocasiones, de minutos.

2. Eliminación de la demanda infinita de dólares y salida al mercado de toda aquella moneda norteamericana guardada con motivos especulativos, pues, una vez oficializada la dolarización desaparecería el atesoramiento de dólares en tanto ya no existiría la variación cambiaria, motivo fundamental para tener activos monetarios en divisas extranjeras.

3. Supresión de la emisión inorgánica de bolívares por parte del Banco Central para el financiamiento de Presupuesto General del Estado, la cual se realiza esencialmente a través de las devaluaciones que inflan los pagos por las divisas del petróleo que entrega dicho banco.

4. Detención inmediata de la hiperinflación y disminución de la inflación, la cual llegará a ser de un dígito a partir de aproximadamente el tercer año de implementada la dolarización oficial, debido a la corrección de los precios relativos, ya que estos se encuentran notablemente distorsionados por los años de inflación y de devaluación cambiaria; así, el valor de los arriendos, las tasas de interés y demás precios que se encuentran en bolívares deben ajustarse de a poco a precios en dólares.

5. La eliminación del riesgo cambiario y la disminución de la inflación, fruto de la dolarización oficial, generará un amplio proceso de estabilización macroeconómica para Venezuela, lo que permitirá la recuperación de la inversión, la producción y el empleo. De tasas negativas en el crecimiento, este país empezará a tener tasas positivas de recuperación económica con lo que disminuirá la pobreza y la emigración de la población.

6. Un elemento positivo fundamental, para el caso de Venezuela, es que con la dolarización oficial se estabilizará el mercado de bienes, esto es, saldrán los dólares atesorados al mercado y regresarán los dólares fugados, con lo que disminuirá el desabastecimiento, pues los mencionados dólares servirán para financiar las importaciones, las cuales se liberarán a las fuerzas del mercado.

7.  El Estado de Venezuela, con dolarización oficial, debería tender al equilibrio fiscal y se eliminaría el financiamiento con dinero sin respaldo del Banco Central, fuente fundamental de la inflación y las devaluaciones.

8. Los costos de transformación de bolívares a dólares desaparecerán. Ya no se necesitarán volúmenes inmensos de billetes con cifras astronómicas en bolívares para la realización de transacciones insignificantes, como ocurre ahora.

Como se observa, los beneficios de la dolarización oficial para Venezuela son enormes y se los obtendrá de manera inmediata. Esperemos que el gobierno chavista de la revolución bolivariana, más allá de dogmas “anti-imperialistas”, aplique este sistema monetario en beneficio de su población.

El ejemplo al respecto es el gobierno del Ecuador, el cual a pesar de su animadversión a la dolarización oficial, la ha mantenido, pues de lo contrario el Ecuador podría haberse sumido en una crisis e inestabilidad económica con consecuencias impredecibles.

Un país como Venezuela, con unas reservas probadas de
300 000 millones de barriles de petróleo, no puede vivir en las condiciones económico-sociales actuales. Tiene en sus manos la solución a su profunda inestabilidad: la dolarización oficial. Otras alternativas son poco viables y sus efectos serán demorados, con lo que el deterioro de las condiciones de vida podría provocar un estallido social inconmensurable.

Ciertamente, si el Gobierno actual no establece la dolarización oficial, el próximo gobierno tendrá, irremediablemente, que aplicarla de manera inmediata, quizás como la única e inmediata solución a los problemas de Venezuela.

Suplementos digitales